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27 de julio de 2014

¨El Evangelio te hace conocer a Jesús verdadero, te hace conocer a Jesús vivo; te habla al corazón y te cambia la vida. Y entonces sí, dejas todo. Puede cambiar efectivamente el tipo de vida, o continuar a hacer lo que hacía antes pero tú eres otro, has renacido: has encontrado lo que da sentido, sabor, luz a todo, también a las fatigas, también a los sufrimientos, también a la muerte.¨

Fuente: Camino Católico







Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

Las breves semejanzas propuestas por la liturgia de hoy son la conclusión del capítulo del Evangelio de Mateo dedicado a las parábolas de Reino de Dios.Entre estas hay dos pequeñas obras maestras: la parábola del tesoro escondido en el campo y la de la perla de gran valor. Éstas nos dicen que el descubrimiento del Reino de Dios puede llegar de repente como al campesino que arando, encuentra el tesoro inesperado; o después de una larga búsqueda, como para el comerciante de perlas, que finalmente encontró la perla preciosa soñada durante mucho tiempo. Pero en los dos casos queda el dato primario que el tesoro y la perla valen más que los otros bienes, y por tanto, el campesino y el comerciante, cuando lo encuentran, renuncian a todo lo demás para poder conseguirlo. No necesitan hacer razonamientos, pensar, reflexionar: se dan cuenta en seguida del valor incomparable de lo que han encontrado, y están dispuestos a perder todo para tenerlo.

Así es el Reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es lo que buscaba, que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas. Y es realmente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, se queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús. Este es el gran tesoro. Cuántas personas, cuántos santas y santos, leyendo a corazón abierto el Evangelio, han sido tan tocados por Jesús, hasta convertirse en Él. Pensemos en san Francisco de Asís: él era ya un cristiano, pero de "agua de rosas". Cuando lee el Evangelio, en un momento decisivo de su juventud, encontró a Jesús y descubrió el Reino de Dios, y entonces todos sus sueños de gloria terrena se desvanecieron. El Evangelio te hace conocer a Jesús verdadero, te hace conocer a Jesús vivo; te habla al corazón y te cambia la vida. Y entonces sí, dejas todo. Puede cambiar efectivamente el tipo de vida, o continuar a hacer lo que hacía antes pero tú eres otro, has renacido: has encontrado lo que da sentido, sabor, luz a todo, también a las fatigas, también a los sufrimientos, también a la muerte. Leer el Evangelio, leer el Evangelio. Lo hemos hablado, ¿lo recordáis? Cada día leer un fragmento del Evangelio. Y también llevar un pequeño Evangelio con nosotros, en el bolsillo, en el bolso, es decir, a mano. Y allí, leyendo un fragmento, encontraremos a Jesús.

Todo adquiere sentido cuando encuentras este tesoro, que Jesús llama "el Reino de Dios", es decir, Dios que reina en tu vida, en nuestra vida; Dios que es amor, paz y alegría en cada hombre y en todos los hombres. Esto es lo que Dios quiere, es por lo que Jesús se ha donado a sí mismo hasta morir en la cruz, para liberarnos del poder de las tinieblas y llevarnos al reino de la vida, de la belleza, la bondad, la alegría. Leer el Evangelio es encontrar Jesús y tener esta alegría cristiana que es un don del Espíritu Santo.

Queridos hermanos y hermanas, la alegría de haber encontrado el tesoro del Reino de Dios transpira, se ve. El cristiano no pude esconder su fe, porque transpira en cada palabra, en cada gesto, también en los más sencillos y cotidianos: transpira el amor que Dios nos ha donado mediante Jesús. Recemos, por intercesión de la Virgen María, para que venga a nosotros y en el mundo entero su Reino de amor, de justicia y de paz.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha hecho un nuevo llamamiento por ala paz en Irak, Oriente Medio y Ucrania –momento que puede visualizarse y escucharse en el vídeo debajo de estas líneas- y ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:
Mañana se cumple el centésimo aniversario del estallido de la Primera Guerra Mundial, que causó millones de víctimas e inmensas destrucciones. Este conflicto, que el Papa Benedicto XV calificó como ‘inútil masacre’, desembocó, después de cuatro largos años, en una paz que resultó más frágil. Al tiempo que recordamos este trágico suceso, expreso el anhelo de que no se repitan los errores del pasado, sino que se recuerden las lecciones de la historia, haciendo que prevalezcan siempre las razones de la paz, mediante un diálogo paciente y valiente. Mañana será una jornada de luto en recuerdo de este drama.

En particular, hoy mi pensamiento se dirige hacia tres áreas de crisis: la de Oriente Medio, la iraquí y la ucraniana. Les pido que sigan uniéndose a mi oración para que el Señor conceda a las poblaciones y a las autoridades de esas áreas la sabiduría y la fuerza necesarias para llevar adelante con determinación el camino de la paz, afrontando toda contienda con la tenacidad del diálogo y de la negociación y con la fuerza de la reconciliación. Que no se pongan en el centro de cada decisión los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de cada persona.

Recordemos que todo se pierde con la guerra y nada se pierde con la paz!

Hermanos y hermanas ¡nunca la guerra! ¡nunca la guerra!. Pienso sobre todo en los niños a los que se les arrebata la esperanza de una vida digna, de un futuro: niños muertos, niños heridos, niños mutilados, niños huérfanos, niños que tienen como juguetes residuos bélicos, niños que no saben sonreír ¡Deténgase por favor! ¡Se lo pido con todo el corazón! ¡Es hora de detenerse! ¡Deténgase por favor!

(Luego, el Papa Francisco ha saludado y ha añadido:)

Dirijo un cordial saludo a todos vosotros, peregrinos procedentes de Italia y de otros países. Saludo al grupo de brasileños, las parroquias de la diócesis de Cartagena (España), los scouts de Gavião (Portugal), los jóvenes de Madrid, Asidonia-Jerez (España) y los de Monteolimpino (Como), los monaguillos de Conselve y Ronchi Casalserugo, los lupetti de Catania y los fieles de Acerra.

A todos les deseo buen domingo, no os olvidéis de rezar por mí. . ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

Papa Francisco

"El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo¨


Domingo 17 del Tiempo Ordinario
Del Santo Evangelio según San Mateo 13,44-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. [El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí." Él les dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo."] (Aciprensa.com)

Comentario:
San Mateo nos habla del Reino de Dios, el tipo de mundo que Dios, en Cristo Jesús, quiere ver realizado entre nosotros aquí en la tierra. Un ambiente, en el que en nuestras relaciones humanas prevalecen los valores de Dios 

La primera y la segunda parábola nos dicen que conocer a Dios y vivir según el Evangelio son las cosas más preciosas en la vida.  Pues cuando uno realmente descubre a Jesús y su visión de vida todo lo demás se vuelve secundario. 


El hombre que encuentra el tesoro  escondido e inesperado, es aquel que encuentra a Jesús - y el verdadero significado de Jesús -  a través de alguna experiencia diaria. En cambio, el hombre que busca la "perla de gran valor", sabe que existe y usa todas sus energías para encontrarla.  Ambos, buenos ejemplos de cómo somos cristianos. 

En la primera lectura, Salomón pide Sabiduría y discernimiento. La Sabiduría da una profunda visión de lo que es verdaderamente importante en la vida, la conciencia de su significado y propósito de lo que realmente importa. Se trata de un entendimiento de dónde se encuentra nuestro bienestar y felicidad verdaderos. Esta perla de gran valor, es el saber vivir como Dios quiere. 

Finalmente, la parábola de la red nos recuerda que la Iglesia y el Reino que construimos, están llenos de todo tipo de personas. El papel de la Iglesia es el de aceptar en su seno "a los pobres, a los lisiados, a los ciegos, a los cojos" (Lucas 14:21) y guiarlos al tesoro y la perla de gran precio.

En suma, encontrar y buscar el Reino, es buscar a Dios en Cristo Jesús,  en nuestra vida cotidiana, acogiendo a todos sin distinciones y dejándonos guiar sólo por el Amor. 




Comentario Completo:
Comentario a 1 Reyes 3:5.7-12: Romanos 8:28-30; Mateo 13:44-52

Mateo en estas parábolas habla constantemente del "reino de los cielos", lo que podría ser, para algunas personas, una frase engañosa, ya que parece referirse a la, una existencia futura después de la vida de otro mundo.

De hecho, como se mencionó antes, Jesús y el Evangelio están hablando muy enfáticamente sobre el mundo en el que estamos viviendo. El Reino representa el tipo de mundo que Dios, en Cristo Jesús, quiere ver realizado entre nosotros aquí en la tierra. Oramos por todos los días en la oración del Señor - "Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra - ya que está en los cielos ..." Y sólo se logrará en la medida en que cooperamos, trabajan juntos con Jesús.

¿Por qué, entonces, habla Mateo del "reino de los cielos"? Tenemos que recordar que este Evangelio está escrito principalmente para un público judío. Por respeto, los Judios no les gusta usar el nombre de Dios directamente. "El cielo", entonces es un eufemismo de "Dios". Y Mateo utiliza otras expresiones para evitar mencionar el nombre de Dios directamente por ejemplo, "Los pecados te perdonaré, les quedan perdonados" (es decir, por Dios), o "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (es decir, de Dios). Marcos, por su parte, que escribe para un público diferente, no tiene problemas para hablar acerca del "reino de Dios".

Naturaleza del 'Reino'
"Reino" en el Evangelio no se refiere a un lugar, ya sea aquí o en el futuro. Los griegos basileia palabra (basileia) es mejor traducido como 'realeza', o 'reinado', o "regla", por lo que algunas traducciones hablan del 'Reino de Dios'. El Reino es sobre todo un ambiente, es un conjunto de relaciones, es una situación en la que los valores de Dios prevalecen. ¿Y cuáles son los valores de Dios? En la práctica, son los más profundos valores y aspiraciones humanas como reflejado en la vida de Jesús, quien es la revelación de Dios para nosotros en forma humana accesible. Estos valores incluyen la verdad, el amor, la compasión, la justicia, el sentido de solidaridad con todos los demás seres humanos, un sentido de confianza en sí, un profundo respeto por la dignidad de cada persona humana, un concepto integral de crecimiento y desarrollo humano. Y, por supuesto, todos estos son vistos a la luz de Dios, que es su última fuente. Es ser como él y con él en que vivimos de acuerdo a estos valores. Ellos, con y por medio de Jesús, son nuestro vínculo con él.


Las personas que, individual y colectivamente, tratan de vivir estos valores pertenecen, con Jesús, al Reino de Dios. Ellos están unidos con el gobierno de Dios en el intento de construir un mundo a todos nos gustaría ver que suceda. Es en gran medida algo para el aquí y ahora. Se trata básicamente de la vocación de la Iglesia, y por tanto la vocación de cada comunidad parroquial y de todos los miembros de esa comunidad. Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que el Reino y la Iglesia no son co-terminous (cf. la parábola a continuación). El reino se extiende más allá de la Iglesia. Ciertamente hay personas que pueden no conocer explícitamente a Cristo o expresar lealtad a Cristo, y que aún viven los ideales y los valores del Reino en sus vidas. Personajes proféticos como Mahatma Gandhi o el Dalai Lama debe seguramente ser tales ejemplos. Por otro lado, no podemos decir que pertenecemos al Reino, simplemente porque somos bautizados y nos hacemos miembros de la Iglesia, pero sí lo somos sólo en la medida en que la visión del reino es un factor eficaz de nuestra vida diaria.

Una vez más nos presentamos hoy con tres parábolas, dos de los cuales están estrechamente vinculados en su significado, pero con ligeras diferencias. La gente de la época de Jesús habrían entendido todos ellos muy fácilmente. Ellos fueron extraídos de las escenas de la vida cotidiana que les eran perfectamente familiar.

La primera y la segunda parábolas son en efecto diciendo que para conocer a Dios y vivir según el Evangelio son las cosas más preciosas en la vida. A través de Jesús y el Evangelio, llegamos a conocer y entender lo que es el verdadero significado de la vida, ¿cuáles son las cosas más importantes en la vida.

El descubrimiento de un tesoro
En la primera parábola, Jesús compara el Reino  a un hombre que encuentra un tesoro en un campo. Tenemos que recordar que en aquellos días, la gente común no tenían bancos. Sólo los ricos tenían acceso a los lugares donde sus posesiones eran seguras. Si la gente común tenía cosas de valor, lo más sencillo y más seguro estaba de esconderlos bajo tierra. Por supuesto, a causa de la guerra o cualquier otra calamidad imprevista, podrían tener que dejar un lugar de repente y no ser capaz de tomar sus pertenencias con ellos. Tal vez no sean capaces de volver o podrían morir antes de que pudieran hacerlo. Alguien, entonces, podría tropezar con su tesoro, y de acuerdo a la ley judía, el buscador podría considerarla como propia.

En esta parábola, el hombre se encuentra con el tesoro, pero el campo en el que se oculta no pertenece a él. Se vende todo lo que tiene el fin de obtener la propiedad de la materia y por lo tanto de su tesoro enterrado. La idea, evidentemente, es que cuando uno realmente descubre a Jesús y su visión de vida todo lo demás se vuelve secundario. En el servicio del Reino no hay medias tintas y en ese servicio existe un tipo especial de alegría liberadora. Esta fue la experiencia de Pablo: "Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo "(Filipenses 3:08) y otra vez:" Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia "( Filipenses 2:21).

Para tener una relación personal con Cristo y hacer propia su visión de vida es lo más hermoso, lo más preciado en el mundo. No es suficiente, por supuesto, sólo decir esto; uno personalmente debe experimentarlo - como muchos lo han hecho, y muchos, por desgracia, nunca han tratado de hacer.

En busca del tesoro
La segunda parábola es similar. Un hombre de negocios está buscando perlas finas. Cuando encuentra la que él quiere, él vende todo lo que tiene para adquirirla.

Una leve, si es significativa, diferencia se ha señalado entre las dos historias. Pues, en primer lugar, el primer hombre no está realmente buscando el tesoro. Tal vez lo encontró durante la excavación del suelo o el arado del campo, es decir, en el transcurso de su jornada ordinaria. Jesús - y el verdadero significado de Jesús - puede venir a mí de forma inesperada a través de alguna experiencia diaria. Muchas personas han descrito su conversión a Cristo como sucede de una manera tan inesperada. Hay una necesidad, que insta constantemente el Evangelio, para que estemos listos cuando Jesús viene a nuestras vidas.

En la segunda parábola, sin embargo, el hombre está en la búsqueda de la "perla de gran valor". Él sabe que debe existir y que utiliza todas sus energías para encontrarla. Aunque somos bautizados cristianos, todavía tenemos que perseguir constantemente el verdadero y pleno sentido del Evangelio, que se nos puede escapar durante muchos años. Siempre necesitamos entender más, amar más, para servir más.

Ejemplo de Salomón
Es en este contexto que podemos echar un vistazo a la primera lectura, tomada del Libro Primero de los Reyes. El joven rey Salomón le dice a Dios: "Pide lo que te gustaría que yo te diera." Es una pregunta que a veces ud. le pide a Jesús en el Evangelio y que está pidiendo que de mí en la misa de hoy ¿Cómo voy a responder? ¿Qué es lo que más desea tener o ser en este momento? Podemos hacer una buena suposición de lo que mucha gente, incluidos nosotros mismos, podríamos pedir. Para muchos sería probable que tengan alguna relación con el dinero o la seguridad material. ¿Qué pidió Salomón? "Da a tu siervo un corazón para entender, para discernir entre Dios y el mal, para poder gobernar a este pueblo tuyo que es tan grande?"

En otras palabras, él pidió sabiduría y discernimiento. La sabiduría es mucho más que saber un montón de cosas o tener prestigiosos títulos universitarios. Al estar dotado de la sabiduría se es mucho más que sólo ser una muy buena persona. La Sabiduría da una profunda visión de lo que es verdaderamente importante en la vida, la conciencia de su significado y propósito de lo que realmente importa. Se trata de un entendimiento de dónde se encuentra nuestro bienestar y felicidad verdaderas. Eso sí que es una perla de gran precio en todos los sentidos de la palabra.

Sabiduría del cómo ver
Salomón no pidió la riqueza o el poder, a pesar de esto, vino a él. Él no la pidió sólo para tener cosas, o para quitar obstáculos en su vida. Él pide ser capaz de ver. Un tema constante que atraviesa el Evangelio es la curación de las personas ciegas y de la ceguera incurable de los que pensaban que podían ver. El verdadero discípulo es el que nos lleva a Jesús: "Señor, que vea." El que ve es el que tiene sabiduría. El que tiene la sabiduría sabe cómo hacer frente a las situaciones de la vida si se llevan con facilidad o dificultad, dolor o alegría.

Esto es lo que pidió Salomón y esto es lo que Dios le dio. "Puesto que usted ha pedido esto y no se le pidió para una larga vida para usted o riquezas o la vida de tus enemigos, sino que has pedido un juicio que discierne por sí mismo, aquí y ahora voy a hacer lo que me pides. Yo os daré un corazón sabio como ninguno antes ha tenido y ninguno tendrá después de ti. "Y, por supuesto, la" sabiduría de Salomón "es un subproducto de la palabra hasta nuestros días.

Este es el tesoro escondido en el campo para el cual un hombre vende todo lo que tiene. Esta es la perla fina para que un comerciante vende todo lo que tiene para poder conseguirlo. La capacidad de ver es lo que abre la puerta al Reino de Dios, ese mundo de relaciones entrelazadas entre Dios, los seres humanos y nuestro mundo que reúne a toda la seguridad, la felicidad y la paz. Para que aquí haya verdad, haya amor y cariño, haya libertad y la paz.

Durante buena parte del tiempo, estamos persiguiendo tesoros falsos, principalmente  dinero, estatus y placer. Durante gran parte del tiempo estamos atrapados en el pasado - lleno de nostalgia o arrepentimientos, o centrado en el futuro - no logrado en anhelos y deseos o temores y ansiedades depresivas. Mientras tanto, el enriquecedor presente nos pasa y el tesoro nunca se descubre y la perla muy valiosa, nunca se encuentra.

Un cajón de sastre

Esto nos lleva a la tercera parábola de hoy. Mientras que la primera y la segunda parábolas hablan del compromiso total y la dedicación que son el ideal de todo seguidor de Cristo, esta tercera parábola ayuda a poner nuestros dos pies firmemente en el suelo. Mientras que los ideales son válidos y aún nos hacen señas, no debe llevarnos a cualquier forma de elitismo. Esta parábola nos recuerda que la Iglesia e incluso del Reino en el proceso de su evolución está llena de todo tipo de personas. Nuestra Iglesia es una Iglesia de santos y pecadores. Y podríamos decir que es principalmente por los pecadores. "Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; No he venido a llamar a justos, sino a pecadores "(Marcos 02:17). El papel de la Iglesia es la de aceptar en su seno "a los pobres, a los lisiados, a los ciegos, a los cojos" (Lucas 14:21) y guiarlos al tesoro y la perla de gran precio.

La lección de esta parábola es similar a la de las malas hierbas que crecen con el trigo, a saber, que el reino es un órgano mixto de santos y pecadores (buenos y pescado podrido). Habrá siempre una tentación por parte de algunos que sienten que son más "fieles" a separarse de las "manzanas podridas", de las malas hierbas, pero Jesús nos está diciendo aquí que esa es la obra de Dios en su propia buen momento. Mientras tanto, es para que aprendamos a ser tolerantes, compasivos y la comprensión de aquellos que parecen caer muy por debajo de las exigencias del Evangelio y del Reino. Y, como hemos dicho en la discusión de la parábola de la cizaña, hay muy pocos de nosotros que no son, en una sola persona, una mezcla de lo bueno y lo podrido. Si hay algunos que claramente no quedan en el camino, podemos decir con sinceridad, con san Agustín: "No, sino por la gracia de Dios, voy yo"

El Juicio será después. El ahora, es para que usemos el tiempo que se nos da en ir a buscar el tesoro y la perla de gran precio, tiempo de gracia para ser capaces de identificar, con Jesús, lo realmente verdadero, lo bueno y lo bello, y para ayudar a los demás en la misma búsqueda.

La edición y el subrayado son nuestros

Que la Misericordia y la confianza en Dios no te falte


Gracias

20 de julio de 2014

¨Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga"

Domingo 16 del Tiempo Ordinario
Del Santo Evangelio según San Mateo 13,24-43

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: "El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'"" [Les propuso esta otra parábola: "El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas." Les dijo otra parábola: "El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente." Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: "Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo." Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: "Acláranos la parábola de la cizaña en el campo." Él les contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga."] (Aciprensa.com)

Comentario:
En estas parábolas quien resalta es Dios y su reinado. Los judios por respeto no mencionaban el nombre de Dios, por ello Mateo no lo nombra directamente en la enseñanza de Jesús.

Dios ha sido siempre rey, pero con el pecado Israel y la humanidad entera, pierden su reinado, el que ha querido para nosotros desde siempre. El Reino de Dios, reino de Amor y de Justicia,  se establecerá cuando la humanidad corresponda total y verdaderamente a su Amor y Misericordia. 

Jesús ha proclamado la venida de este reino  (ver por ejemplo Mt 3,2). Él nos ha dicho que el Reino ya esta aqui presente en medio de nosotros. En Él y en la comunidad fundada por Él. 

Comentario Completo:

a) El Reino de Dios:
En los dos sumarios que nos ofrece del ministerio de Jesús, Mateo lo presenta predicando el evangelio o la buena nueva del Reino y sanando (4, 23; 9, 35). La expresión "Reino de los cielos" se encuentra 32 veces en Mateo. Es una expresión equivalente a "Reino de Dios", que se encuentra sólo 4 veces en Mateo, mientras es la expresión más usual en el resto del Nuevo Testamento. Por respeto, los hebreos evitaban mencionar no sólo el Nombre de Dios que fue revelado a Moisés (ver Ex 3, 13-15), sino también la palabra Dios a la que substituyen con otras varias palabras y expresiones entre las cuales "El Cielo" o "Los Cielos". Mateo, el más hebraico de los evangelistas, se conforma a esta usanza. 

La expresión no se encuentra en el Antiguo Testamento, donde sin embargo se encuentra a menudo la idea de la realeza de Dios sobre Israel y sobre el universo y también el equivalente verbal de la expresión neotestamentaria, "Dios reina". En efecto, el Reino de Dios, incluso como viene presentado en el Nuevo Testamento, es sobre todo la acción de Dios que reina y la situación nueva que resulta de su reinar. Dios ha sido siempre rey, pero con el pecado Israel y la humanidad toda entera se sustraen de su reinado y crean una situación contraria a su proyecto originario. El Reino de Dios se establecerá cuando todo esté de nuevo sometido a su dominio, o sea, cuando, aceptando su soberanía, la humanidad realice su diseño. 

Jesús ha proclamado la venida de estos tiempos nuevos (ver por ejemplo Mt 3,2). De cualquier modo la realidad del Reino de Dios se hace presente y anticipada en Él y en la comunidad fundada por Él. Pero la Iglesia no es todavía el Reino. Ella crece misteriosa y gradualmente hasta conseguir su plenitud al final de los tiempos.

b) La lógica de Dios:

La realidad del Reino y su crecimiento, como viene descrito por Jesús, nos ponen de frente al misterio de Dios, cuyos pensamientos no son siempre nuestros pensamientos. No confundamos realeza con fuerza, con imposición, con triunfalismo. Nos gusta las cosas hechas a lo grande. Consideramos que hemos realizado una empresa, cuando viene aclamada y cuando a ella se adhieren muchas personas. Éstas, sin embargo, son tentaciones por las que también la comunidad cristiana se deja seducir y en vez de ponerse al servicio del Reino, a menudo se encuentra en contraposición a él. Dios, por su parte, prefiere llevar adelante su proyecto con cosas pequeñas, pobres, insignificantes y mientras nosotros tenemos siempre prisa por llevar a término cuanto antes nuestros proyectos, Dios sabe esperar con mucha paciencia y generosidad.


La edición y el subrayado son nuestros
Tomado del Sitio Oficial de los Carmelitas

Que la misericordia y la confianza en el Señor no te falte

Gracias 

13 de julio de 2014

"Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno."


Domingo 15 del Tiempo Ordinario
Del Santo Evangelio según San Mateo 13,1-23

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: "Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga." [Se le acercaron los discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" Él les contestó: "A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure." ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron. Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno."](Aciprensa.com)

Comentario:
Esta parábola nos habla de cómo Dios nos llama y convoca para estar con Él en esta y la vida futura. Y somos nosotros los que libremente aceptamos o rechazamos su llamado. 

Toda la Sagrada Escritura, la Biblia, es la palabra de Dios que actúa, crea, es la Palabra que da vida. Es la semilla portadora de vida que podemos encontrar  sin cesar en cada experiencia de nuestras vidas, sea placentera o dolorosa. 

Jesús es la Palabra de Dios hecha carne. Todo lo que Jesús dijo y todo lo que hizo, fue Dios comunicándose con nosotros. Por tanto, debes ¨escuchar¨ a Jesús. 

Para escucharle, debes:  
  1. Escuchar con una mente totalmente abierta y sin poner condiciones ("Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios")

  2. Entender lo que escuchas, para ello la Iglesia te acompaña en tu camino para que no te pierdas 

  3. Aceptar y hacer tuyo lo que has entendido

  4. ¨Dar vida¨ en y con tu comportamiento .
Debes ser ser consciente de cómo por ti mismo, puedes rehusarte a ser  ser suelo fértil para que la Palabra de Dios eche raíces profundas. Tú libremente puedes aceptar o rechazar, o ¨darle largas¨ como muchas de las personas que escuchaban a Jesús, y resistieron al cambio radical de vida. En el proceso también puedes perder, la sanación profunda que la Palabra de Dios puede traer a tu vida , la liberación, la felicidad y la paz.


Comentario Completo:
Hay tres partes distintas en el Evangelio de hoy: parábola, interludio y explicación de la parábola. Una forma de ver esta división es considerar la parábola como estar cerca de las palabras reales de Jesús. Esto es seguido por un "interludio" teológico sobre la "audiencia" y, finalmente, hay una interpretación de la parábola, posiblemente, que emana de la Iglesia primitiva y, en efecto, la producción de una lección o mensaje relacionado pero distinto.

En la parábola misma el énfasis está en Dios (sembrador) que trabaja y produce resultados. La interpretación de la parábola pone el énfasis más en nosotros (el suelo) y las formas en que podemos responder. El interludio, un comentario en el medio da la clave de nuestra respuesta y la fertilidad posterior de la semilla.

La Generosidad de Dios
La parábola del evangelio tiene fuertes vínculos con la primera lectura de Isaías. En tanto, se nos dice que Dios comparte su abundancia con nosotros y sus planes no se verán frustrados. El Trabajo creativo y enriquecedor de Dios se compara con la lluvia y la nieve que cae en la tierra y no vuelven hasta que no hayan empapado la tierra ", ¨para que dé semilla al sembrador y pan al que come". En la parábola, es cierto que la semilla cae muchas veces en territorio inhóspito pero algunas, sin duda caerá en tierra buena y producirá una abundante cosecha. "Entonces", dice el Señor en Isaías: "así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.""

Esto es claramente un mensaje de esperanza para las comunidades que pueden a veces ser desalentadas por los magros resultados de sus esfuerzos de evangelización. Estamos leyendo aquí en Mateo 13. Todo el capítulo se compone de "parábolas del Reino". Todos dicen en diferentes formas en que se establecerá el Reino de Dios, a pesar de sus pequeños y débiles inicios ya es "semejante a un tesoro escondido en un campo" o "una perla de gran valor". Una vez descubierto, todo lo demás tomará orden.

En el conjunto de la Sagrada Escritura, la palabra de Dios no es sólo una palabra hablada. Es una palabra que actúa, que crea, es la Palabra que da vida. Es como una semilla portadora de vida. ¿Dónde nos encontramos con esa palabra? Si somos lo suficientemente sensibles, la encontramos sin cesar en cada experiencia de nuestras vidas, ya que la experiencia es alegre o triste, un éxito o un fracaso, placentera o dolorosa.

Es claro para nosotros, por supuesto, que hay un lugar en particular donde la palabra de Dios está más clara y tangible, y es en Cristo Jesús. Porque Jesús es la Palabra de Dios. Todo lo que Jesús dijo y todo lo que hizo fue Dios comunicándose con nosotros.. No sólo su enseñanza, sino toda su vida, desde los años ocultos de Nazaret a través de su vida pública hasta su muerte y resurrección - en todo esto Jesús fue y es para nosotros hoy, la Palabra de Dios.

Suelo estéril
Y, sin embargo, como en la parábola, gran parte de esa Palabra cae en suelo estéril. Muchos se negaron a escuchar o ver (de ahí que muchos casos de sordera y ceguera en el Evangelio). Incluso los discípulos más cercanos de Jesús no proveyeron, al principio, un suelo muy prometedor. La vida y la misión de Jesús parecían terminar en un fracaso trágico y triste. No había ni un solo discípulo a la vista. Sus enemigos se rieron y se burlaron de él. Y sin embargo ... Fue precisamente en ese momento que la semilla "cae al suelo y muere" (cf. Juan 12:24) que la Palabra de Dios comenzó a echar raíces en los corazones de la gente. Comenzando, como la semilla de mostaza, al igual que la pequeña cantidad de levadura en un lote grande de masa, la semilla, la Palabra de Dios, comenzó a crecer y prosperar a pesar de todo.

"Mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo." Al igual que con el mismo Jesús, así que con nosotros hoy tenemos que recordar que los planes de Dios no pueden ser frustrados, que el Reino será establecido. "Escucha, cualquier persona que tenga oídos!"

¿Por qué hablar en parábolas?
La parte que sigue contiene algunas palabras que parecen alarmantes. ¿Está Jesús diciendo que él hablaba en parábolas para que sólo su círculo íntimo lo entendería y que el resto se deja en la oscuridad? Eso no tiene sentido. Se proporciona un puente para la interpretación de la parábola de seguir. No parece, sobre todo en la cita de Isaías, un sarcasmo. Aquellos que ven pero nunca entienden; los que oyen y escuchan, pero nunca consiguen el mensaje. ¿Por qué? No porque sean estúpidos, sino porque, básicamente, no quieren. Si veían, si realmente escuchaban, podrían ser convertidos, podrían tener que cambiar sus ¨formas¨ - y esa es la última cosa que quieren hacer. En el contexto del evangelio de Mateo estas palabras parecen estar especialmente dirigidas a los de su pueblo, que rechazaron a Jesús, sino que se aplica a todos los que cierran sus oídos en el prejuicio y el miedo.

Pero a sus discípulos y seguidores de Jesús dice: "Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!" Muchos antes de los tiempos de Jesús anhelaban ver y oír, pero nunca tuvieron el privilegio de los seguidores de Jesús.

La palabra clave de hoy es "escuchar". Es una palabra muy bíblica y contiene esencialmente cuatro elementos:

  1. Escuchar con una mente totalmente abierta e incondicional ("Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios")

  2. Entender lo que se oye

  3. Aceptar y apropiarse plenamente de lo que se entiende y, por último,

  4. Esta aceptación desemboca en nuestro comportamiento .
Uno puede escuchar pero no entender y se puede entender sin aceptar y se puede aceptar sin poner por obra. Los cuatro son necesarios para la conversión y la curación. Los cuatro son necesarios para una escucha completa.

Diferentes respuestas
Todo esto nos lleva naturalmente a la tercera parte, una interpretación de la parábola sobre el nivel de los diferentes tipos de escucha. Parte de la semilla cae en el camino. No hay suelo aquí. No hay ninguna posibilidad de que el arraigo de las semillas. Los oídos y los ojos están cerrados y no reciben la Palabra de Dios.

La semilla cae en terreno pedregoso en el campo, donde hay una fina capa de tierra. La semilla echa raíces, comienza a crecer, pero pronto se quema por falta de agua y el calor del sol. Es como aquellos cristianos que, después del bautismo o después de un retiro o alguna experiencia espiritual, tienen una gran oleada de entusiasmo por Dios, pero bajo la más mínima presión, pronto se quedarán sin combustible y se apartarán. Probablemente no hubo una escucha real,no hay un entendimiento real y por tanto, no hay un compromiso real. Este grupo, en el texto, puede referirse a las personas que se bautizaron y se convirtieron en cristianos en la Iglesia primitiva y estaban llenos de entusiasmo hasta que se enfrentaron a la persecución por su fe. Ellos cedieron y se dieron por vencidos.

¿Cuál es mi respuesta?

Algunas semillas también cae en el suelo, donde hay muchas malas hierbas y espinas. A medida que crecen, se ahogan por las otras plantas. Esto lo podríamos decir "lo que te dan comételo". Yo quiero ser un buen cristiano, pero también quiero tener todas las cosas que para el mundo son importantes, incluso si están en conflicto con la visión del Evangelio.  Esto no va a funcionar. No podemos, al mismo tiempo servir totalmente a Dios y ser parte del consumista, materialista ¨éxito¨ del mundo hambriento. Probablemente un número muy grande de nosotros, en mayor o menor grado, pertenecen a esta categoría. Como resultado de ello, el trabajo de la Iglesia en la construcción del Reino se ve gravemente obstaculizado.

Por último, parte de la semilla cae en tierra rica y nutritiva. Este suelo es como el "hombre que oye y entiende [la Palabra de Dios]", es el "que da mucho fruto" en diversos grados de abundancia.

En el largo plazo, como hemos dicho al principio, la obra de Dios no puede ser frustrada, ya sea por amenazas de la sociedad o desde dentro por la misma comunidad cristiana. Pero lo que importa para mí es como he escuchado esta Escritura, el ser consciente de como yo, por mi mismo, puedo rehusar ser suelo fértil para que la Palabra de Dios eche raíces profundas. El plan de Dios en su conjunto tendrá éxito pero depende de mí ser parte de ese plan. Yo personalmente puedo decir que si o no, todavía o pero ... yo puedo, como muchas de las personas que escuchaban a Jesús, resistir el cambio radical de visión que la conversión implica. En el proceso también puedo perder, por supuesto, la sanación profunda que la Palabra de Dios puede traer a mi vida y, con la curación, un sentido de liberación, felicidad y paz.

La edición y el subrayado son nuestros

Que la Misericordia y la confianza en Dios no te falte


Gracias

6 de julio de 2014

"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla.¨

Domingo 14 del Tiempo Ordinario
Del Santo Evangelio según San Mateo 11,25-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera." (Aciprensa.com)

Comentario:

En el Evangelio de Mateo, en el capítulo 10, Jesús instruye a los discípulos como llevar su mensaje y en el 11 y 12, Él mismo lo lleva. Aquí aparecen incomprensiones y resistencias que Jesús debe afrontar: como las de Juan Bautista (Mt 11, 1-15), las del pueblo (Mt 11, 16-19), las de las grandes ciudades  (Mt 11, 20-24), las de los escribas y doctores (Mt 11,25) y las de sus parientes (Mt 12,46-50). Sólo los ¨pequeños¨ o ¨sencillos¨, entienden y aceptan el evangelio, la buena nueva (Mt 11,25-30). 

Nuestros santos son ejemplo de estos ¨pequeños¨. Hombres y mujeres que reconocieron en Jesús al Salvador humilde y siervo. No se dejaron confundir por cargos, bienes, misiones o conocimientos. Para ellos, en lo que recibían no había merito alguno sino todo era regalo de Dios. Cumplieron los mandamientos por Amor  a Dios y no por el ¨qué dirán¨ . Fuertes de carácter para el mundo pero débiles y frágiles ante Dios, pues se reconocían pecadores y necesitados de Él. Don Bosco, Teresita, Juan Pablo II, entre otros, nos enseñan como ser hijos ¨pequeños¨ de nuestro Padre. Hijos que confían, se abandonan y se dejan guiar. 

Jesús conoce al Padre, pues por que trataba con Él. Para ti no basta leer la Biblia entera, saberte de memoria el catecismo o asistir a cuanto curso haya, sino necesitas el trato con tu Padre. Es lo que le dará sentido a todo lo que hagas. Si conoces al ¨autor¨ de los mensajes pues entenderás los mensajes. 

El trato con Dios, es la Oración. Una simple, sencilla, humilde y sincera conversación. Sin apariencias, que Él te conoce mejor que tú mismo. Reconócete tal como eres, sin miedo,  que no te perderás sino al contrario te encontrarás a ti mismo. Y no te compliques con recargadas fórmulas que Dios no se impresiona con los adornos sino que verá tu corazón.  

La vida cristiana a veces te agobia, y Jesús lo sabe bien, por ello te ofrece su ¨Descanso¨. Él conoce todo de ti y quiere darte lo que necesitas. Y se ofrece así mismo para que puedas superar tus dificultades.  

Comentario Completo:


a) El contexto literario de las palabras de Jesús: capítulos 10-12 del Evangelio de Mateo.

* En el Evangelio de Mateo, el discurso de la Misión ocupa todo el capítulo 10. En la parte narrativa que sigue después de los capítulos 11 y 12, donde se describe cómo Jesús realiza la Misión, aparecen incomprensiones y resistencias que Jesús debe afrontar. Juan Bautista, que miraba a Jesús con una mirada del pasado, no lo comprende (Mt 11, 1-15). El pueblo, que miraba a Jesús sólo por interés, no es capaz de entenderlo (Mt 11, 16-19). Las grandes ciudades en torno al lago, que habían oído la predicación y habían visto los milagros, no quieren abrirse a su mensaje (Mt 11, 20-24). Los escribas y doctores que juzgaban todo a partir de su ciencia, no son capaces de entender la predicación de Jesús (Mt 11,25). Ni siquiera los parientes lo entienden (Mt 12,46-50) Sólo los pequeños entienden y aceptan la buena nueva del Reino (Mt 11,25-30). Los otros quieren sacrificios, pero Jesús quiere misericordia (Mt 12,8). La resistencia contra Jesús lleva a los fariseos a intentar matarlo (Mt 12,9-14). Ellos lo llaman Beelzebul (Mt 12, 22-32). Pero Jesús no cede; él continúa asumiendo la misión del Siervo, descrito por el profeta Isaías (Is 43, 1-4) y citado al completo por Mateo (Mt 12, 15-31).

* Así, este contexto de los capítulos 10-12 sugiere que la aceptación de la buena nueva por parte de los pequeños es la realización de la profecía de Isaías. Jesús es el Mesías esperado, pero es diverso de lo que la mayoría imaginaba. No es el Mesías glorioso nacionalista, ni siquiera un juez severo, ni un Mesías rey poderoso. Sino que es el Mesías humilde y siervo que "no rompe la caña cascada, ni apagará la mecha humeante" (Mt 12,20). Él proseguirá luchando, hasta cuando la justicia y el derecho prevalezcan en el mundo (Mt 12,18. 20-21). La acogida del Reino por parte de los pequeños es la luz que brilla (Mt 5,14), es la sal que da sabor (Mt 5,13), es el grano de mostaza que (una vez convertido en árbol grande) permitirá a las aves del cielo anidar entre sus ramas (Mt 13, 31-32).

b) Comentario a las palabras de Jesús:

* Mateo 11, 25-26: Sólo los pequeños pueden entender y aceptar la buena nueva del Reino.
De frente a la acogida del mensaje del Reino por parte de los pequeños, Jesús tiene un gran gozo y espontáneamente, transforma su gozo en una oración al Padre: "Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos. Sí, Padre, porque así te ha parecido mejor". Los sabios, los doctores de aquel tiempo, habían creado una serie de leyes en torno a la pureza legal, que después imponían al pueblo en nombre de Dios (Mt 15, 1-9). Ellos pensaban que Dios exigía todas estas observancias, para que el pueblo pudiese tener paz. Pero la ley del amor, revelada por Jesús, afirmaba lo contrario. De hecho, lo que cuenta, no es lo que hacemos por Dios, sino más bien, ¡lo que Dios, en su gran misericordia, hace por nosotros! Los pequeños oían esta nueva noticia y se alegraban. Los sabios y doctores no conseguían entender tal clase de enseñanza. Hoy, como en aquel tiempo, Jesús está enseñando muchas cosas a los pobres y a los pequeños. Los sabios e inteligentes harán bien en convertirse en discípulos de estos pequeños.

¡Jesús oraba mucho! Oraba con los discípulos, oraba con el pueblo, oraba solo. Pasaba noches enteras en oración. Llegó a resumir todo su mensaje en una oración de siete peticiones, que es el Padre Nuestro. A veces, como en este caso, los evangelios nos informan del contenido de la oración de Jesús (Mt 11,25-26; 26-39; Jn 11,41-42; 17,1-26). Otras veces nos dan a conocer que Jesús rezaba los Salmos (Mt 26,30; 27,46). En la mayoría de los casos, sin embargo, dicen simplemente que Jesús oraba. Hoy por todas partes se están multiplicando los grupos de oración.

En el Evangelio de Mateo, el término pequeños (elachistoi, mikroi, nepioi) a veces indican a los niños, otras veces indica sectores excluídos de la sociedad. No es fácil distinguir. A veces lo que se llama pequeño en un evangelio, es llamado niño en otro. Además, no siempre es fácil distinguir entre lo que pertenece a la época de Jesús y lo que es, por el contrario, del tiempo de las comunidades para las que han sido escritos los evangelios. Pero, aun siendo esto así, lo que resulta claro es el contexto de exclusión que reinaba en aquella época y la imagen de persona acogedora de los pequeños que las comunidades primitivas tenían de Jesús.

* Mateo 11,27: El origen de la nueva Ley: el Hijo conoce al Padre
Jesús siendo el Hijo, conoce al Padre y sabe lo que el Padre quería, cuando en el pasado, había llamado a Abrahán y a Sara para formar un pueblo o cuando consignó la Ley a Moisés para reforzar la alianza. La experiencia de Dios como Padre ayudaba a Jesús a entender de una manera nueva las cosas que Dios había dicho en el pasado. Lo ayudaba a reconocer errores y límites, dentro de los cuales la buena nueva de Dios había estado prisionera de la ideología dominante. La intimidad con el Padre le ofrecía un criterio nuevo que lo colocaba en contacto directo con el autor de la Biblia. Jesús no iba de la letra a la raíz, sino de la raíz a la letra. Él buscaba el sentido en la fuente. Para entender el sentido de una carta es importante estudiar las palabras que contiene. Pero la amistad con el autor de la carta puede ayudar a descubrir una dimensión más profunda en esas palabras, que el solo estudio no es capaz de revelar.

* Mateo 11,28-30
Jesús invita a todos aquéllos que están cansados y promete su descanso. El pueblo de aquel tiempo, vivía cansado, bajo el doble peso de los impuestos y de las observancias exigidas por las leyes de pureza. Y Jesús dice: "Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas, pues mi yugo es blando y mi carga ligera". A través del Profeta Jeremías Dios había invitado al pueblo a investigar en el pasado para conocer qué camino bueno podría dar descanso a las almas (Jer. 6,16). Este camino bueno aparece ahora en Cristo. Jesús ofrece descanso a las almas. Él es el camino (Jn 14,6).

Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Como Moisés, Jesús era manso y humilde (Num 12,3). Muchas veces esta frase ha sido manipulada para pedir al pueblo sumisión, mansedumbre y pasividad. Lo que Jesús quiso decir es todo lo contrario. Él pide que el pueblo, para poder entender las cosas del Reino, no le dé tanta importancia a "los sabios y doctores" esto es, a los profesores oficiales de la religión del tiempo y que confíen más en los pequeños. Los oprimidos deben comenzar a aprender de Él, de Jesús, que es "manso y humilde de corazón".

En la Biblia muchas veces la palabra humilde es sinónimo de humillado. Jesús no hacía como los escribas que se envanecían de su ciencia, sino que era como el pueblo humilde y humillado. Él, el Maestro, sabía por experiencia qué cosa pasaba por el corazón del pueblo y cuánto el pueblo sufría en la vida de cada día.

c) Para iluminar las actitudes de Jesús:

* El estilo de Jesús en el anuncio de la buena nueva del Reino

En su modo de anunciar la buena nueva del Reino, Jesús revela una gran pasión por el Padre y por el pueblo humillado. Diferente de los doctores de su tiempo, Jesús anuncia la buena nueva de Dios, en cualquier lugar en donde encuentra gente que lo escucha. En las sinagogas durante la celebración de la Palabra (Mt 4,23). En las casas de los amigos (Mt 13,36). Caminando por los caminos con los discípulos (Mt 12,1-8). En el mar, a lo largo de las playas, sentado en la barca (Mt 13,1-3). Sobre la montaña donde proclama las bienaventuranzas (Mt 5,1). En las plazas de los pueblos y de las ciudades, donde el pueblo transporta a los enfermos (Mt 14,34-36). También en el templo de Jerusalén durante las peregrinaciones (Mt 26,35). En Jesús ¡todo es revelación de lo que dentro le anima! No sólo anuncia la buena nueva del Reino, sino que Él es una prueba viva del Reino. En Él aparece ya lo que acontece cuando una persona humana deja que Dios reine y tome posesión de su vida.

* La invitación de la Sabiduría Divina a todos los que la buscan

Jesús invita a todos los que sufren bajo el peso de la vida a encontrar en Él reposo y alivio (Mt 11,25-30) En esta invitación resuenan las palabras tan bellas de Isaías que consolaba al pueblo cansado por el destierro (Is 55,1-3). Esta invitación está en relación con la Sabiduría Divina, que convoca en torno a sí a las personas (Sir 24,18-19) afirmando que " sus caminos son caminos deleitosos y son paz todas sus sendas" (Prov 3, 17). También dice: " La sabiduría exalta a sus hijos y acoge a los que la buscan. El que la ama, ama la vida, y los que madrugan para salir a su encuentro, serán llenos de alegría" (Sir 4, 11-12). Esta invitación revela un aspecto importante del rostro femenino de Dios, la ternura y el acogimiento que consuela, revitaliza las personas y les hace sentir bien. ¡Jesús es el alivio que Dios ofrece al pueblo fatigado!

La edición y el subrayado son nuestros
Tomado del Sitio Oficial de los Carmelitas

Que la misericordia y la confianza en el Señor no te falte

Gracias