Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 6,51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo." Disputaban los judíos entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre." (Aciprensa.com)
Comentario
En esta fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, meditamos uno de los diálogos finales del discurso del Pan de Vida entre Jesús y la multitud que había presenciado la multiplicación de panes y peces. En este, San Juan nos ayuda a comprender el significado profundo de este milagro y de la Eucaristía.
En este dialogo, los Judíos reaccionan airadamente, pues toman literalmente las palabras de Jesús. Debido a la prohibición de tomar sangre de animales que exijía el A.T pues la consideraban la sede de la vida o la misma vida (Dt 12,16.23) y podía contaminarles.
Cuando Jesús habla de un”alimento que no perece” (Jn 6,27), está recordando el maná que si lo hace y que cada vez sabe peor (Ex 16,20). Los judíos “murmurando” contra Jesús (Jn 6,41) hacen lo mismo que los Israelitas en el desierto, que dudaban de la presencia de Dios que les acompañaba (Ex 16,2; 17,3; Num 11,1). Los Judíos dudaban de la presencia de Dios en Jesús de Nazaret (Jn 6,42). Jesús es el verdadero maná que nos da la vida para siempre.
Lo que da vida no es celebrar el maná del pasado, sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre. Participando en la Cena Eucarística, La Santa Misa, asimilando su vida, su entrega, su donación.
Comentario completo:
Con ocasión de la Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, hacemos nuestra meditación sobre la parte final del discurso del Pan de Vida. Mediante este discurso, el evangelio de Juan nos ayuda a comprender el significado profundo de la multiplicación de los panes y de la Eucaristía. En el transcurso de la lectura, tratemos de estar atentos a las palabras de Jesús que ayudan a la gente a entender el signo del Pan de Vida
a) Contexto del discurso del Pan de Vida:
El discurso del Pan de Vida (Jn 6,22-71) es una secuencia de siete breves diálogos entre Jesús y las personas que se encuentran con Él después de la multiplicación de los panes. Jesús trata de abrir los ojos de la gente, haciéndoles entender que no basta luchar por el pan material. La lucha cotidiana por el pan material no llega a la raíz, si no va acompañada de una mística. ¡No sólo de pan vive el hombre! (Dt 8,3). Los siete breves diálogos son una catequesis muy bella que explica a la gente el significado profundo de la multiplicación de los panes y de la Eucaristía. A lo largo de todo el diálogo aparecen las exigencias que el vivir desde la fe en Jesús traza para nuestra vida. La gente reacciona. Queda asombrada por las palabras de Jesús. Pero Jesús no cede, no cambia sus exigencias. Por esto, muchos lo abandonan. Hoy sucede también la misma cosa: cuando el evangelio comienza a ser un serio compromiso, mucha gente lo abandona. En la medida en que el discurso de Jesús avanza, menos gente va quedando a su alrededor. Al final quedan solo los doce y Jesús ¡ni siquiera puede confiar en ellos!
b) Secuencia de los diálogos que componen el discurso del Pan de Vida (Juan 6,22-27):
1º Diálogo: La gente busca a Jesús porque quiere más pan - Juan 6,22-27:
2º Diálogo: Jesús pide a la gente trabajar por el verdadero pan - Juan 6,28-33:
3º Diálogo: El pan verdadero es hacer la voluntad de Dios - Juan 6,34-40 :
4º Diálogo: Quien se abre a Dios acepta a Jesús y su propuesta - Juan 6,41-51:
5º Diálogo: Carne y sangre. Expresión de la vida y del don total - Juan 6,52-58:
6º Diálogo: Sin la luz del Espíritu no se entienden estas palabras - Juan 6,59-66:
7º Diálogo: Confesión de Pedro - Juan 6,67-71:
c) 5º Diálogo: Carne y sangre. Expresión de la vida y del don total - Juan 6,52-58:
Los Judíos reaccionan: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” Ellos no entendían estas palabras de Jesús, porque el respeto profundo a la vida exigía que desde los tiempos del Antiguo Testamento estuviese prohibido comer sangre, porque la sangre era señal de vida (Dt 12,16.23; At 15.29). Además estaba cerca la Pascua y dentro de pocos días todos habrían comido la carne y la sangre del cordero pascual en la celebración de la noche de Pascua. Tomaron literalmente la palabra de Jesús, por esto no entendían. Comer la carne de Jesús significaba aceptar a Jesús como el nuevo Cordero Pascual, y que su sangre les hubiera liberado de la esclavitud. Beber la sangre de Jesús significaba asimilar la misma manera de vivir que ha tenido la vida de Jesús. Lo que da vida no es celebrar el maná del pasado, sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre. Participando en la Cena Eucarística, asimilando su vida, su entrega, su donación.
d) Profundizando: Eucaristía y Nuevo Éxodo
Describiendo la multiplicación de los panes, Jesús que camina sobre las aguas y el discurso del Pan de Vida, el Evangelio de Juan sugiere un paralelo con el Éxodo Este paralelo enseña que mediante la Eucaristía se cumple un nuevo Éxodo. La Eucaristía nos ayuda a vivir en estado permanente de Éxodo:
i) La multiplicación de los panes (Jn 6,1-15)
Jesús tiene delante de sí una multitud hambrienta y el reto de dar pan a todos. También Moisés afrontó este reto a lo largo de la marcha del pueblo por el desierto (Ex 16,1-35; Num 11,18-23). Después de haber comido, la gente saciada reconoce en Jesús al nuevo Moisés, el “Profeta que debe venir al mundo” (Jn 6,14), según cuanto está anunciado en la Ley de la Alianza (Dt 18,15-22).
ii) Jesús camina sobre el mar (Jn 6,16-21)
En el Éxodo, el pueblo está en marcha para obtener la libertad y afronta y vence al mar (Ex 14,22). También Jesús, como Moisés, domina y vence al mar, impide que la barca de sus discípulos sea tragada por las aguas y hace que todos lleguen salvos a la otra orilla.
iii) El discurso sobre el pan de vida
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo." Disputaban los judíos entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre." (Aciprensa.com)
Comentario
En esta fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, meditamos uno de los diálogos finales del discurso del Pan de Vida entre Jesús y la multitud que había presenciado la multiplicación de panes y peces. En este, San Juan nos ayuda a comprender el significado profundo de este milagro y de la Eucaristía.
En este dialogo, los Judíos reaccionan airadamente, pues toman literalmente las palabras de Jesús. Debido a la prohibición de tomar sangre de animales que exijía el A.T pues la consideraban la sede de la vida o la misma vida (Dt 12,16.23) y podía contaminarles.
Cuando Jesús habla de un”alimento que no perece” (Jn 6,27), está recordando el maná que si lo hace y que cada vez sabe peor (Ex 16,20). Los judíos “murmurando” contra Jesús (Jn 6,41) hacen lo mismo que los Israelitas en el desierto, que dudaban de la presencia de Dios que les acompañaba (Ex 16,2; 17,3; Num 11,1). Los Judíos dudaban de la presencia de Dios en Jesús de Nazaret (Jn 6,42). Jesús es el verdadero maná que nos da la vida para siempre.
Lo que da vida no es celebrar el maná del pasado, sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre. Participando en la Cena Eucarística, La Santa Misa, asimilando su vida, su entrega, su donación.
Comentario completo:
Con ocasión de la Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, hacemos nuestra meditación sobre la parte final del discurso del Pan de Vida. Mediante este discurso, el evangelio de Juan nos ayuda a comprender el significado profundo de la multiplicación de los panes y de la Eucaristía. En el transcurso de la lectura, tratemos de estar atentos a las palabras de Jesús que ayudan a la gente a entender el signo del Pan de Vida
a) Contexto del discurso del Pan de Vida:
El discurso del Pan de Vida (Jn 6,22-71) es una secuencia de siete breves diálogos entre Jesús y las personas que se encuentran con Él después de la multiplicación de los panes. Jesús trata de abrir los ojos de la gente, haciéndoles entender que no basta luchar por el pan material. La lucha cotidiana por el pan material no llega a la raíz, si no va acompañada de una mística. ¡No sólo de pan vive el hombre! (Dt 8,3). Los siete breves diálogos son una catequesis muy bella que explica a la gente el significado profundo de la multiplicación de los panes y de la Eucaristía. A lo largo de todo el diálogo aparecen las exigencias que el vivir desde la fe en Jesús traza para nuestra vida. La gente reacciona. Queda asombrada por las palabras de Jesús. Pero Jesús no cede, no cambia sus exigencias. Por esto, muchos lo abandonan. Hoy sucede también la misma cosa: cuando el evangelio comienza a ser un serio compromiso, mucha gente lo abandona. En la medida en que el discurso de Jesús avanza, menos gente va quedando a su alrededor. Al final quedan solo los doce y Jesús ¡ni siquiera puede confiar en ellos!
b) Secuencia de los diálogos que componen el discurso del Pan de Vida (Juan 6,22-27):
1º Diálogo: La gente busca a Jesús porque quiere más pan - Juan 6,22-27:
2º Diálogo: Jesús pide a la gente trabajar por el verdadero pan - Juan 6,28-33:
3º Diálogo: El pan verdadero es hacer la voluntad de Dios - Juan 6,34-40 :
4º Diálogo: Quien se abre a Dios acepta a Jesús y su propuesta - Juan 6,41-51:
5º Diálogo: Carne y sangre. Expresión de la vida y del don total - Juan 6,52-58:
6º Diálogo: Sin la luz del Espíritu no se entienden estas palabras - Juan 6,59-66:
7º Diálogo: Confesión de Pedro - Juan 6,67-71:
c) 5º Diálogo: Carne y sangre. Expresión de la vida y del don total - Juan 6,52-58:
Los Judíos reaccionan: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” Ellos no entendían estas palabras de Jesús, porque el respeto profundo a la vida exigía que desde los tiempos del Antiguo Testamento estuviese prohibido comer sangre, porque la sangre era señal de vida (Dt 12,16.23; At 15.29). Además estaba cerca la Pascua y dentro de pocos días todos habrían comido la carne y la sangre del cordero pascual en la celebración de la noche de Pascua. Tomaron literalmente la palabra de Jesús, por esto no entendían. Comer la carne de Jesús significaba aceptar a Jesús como el nuevo Cordero Pascual, y que su sangre les hubiera liberado de la esclavitud. Beber la sangre de Jesús significaba asimilar la misma manera de vivir que ha tenido la vida de Jesús. Lo que da vida no es celebrar el maná del pasado, sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre. Participando en la Cena Eucarística, asimilando su vida, su entrega, su donación.
d) Profundizando: Eucaristía y Nuevo Éxodo
Describiendo la multiplicación de los panes, Jesús que camina sobre las aguas y el discurso del Pan de Vida, el Evangelio de Juan sugiere un paralelo con el Éxodo Este paralelo enseña que mediante la Eucaristía se cumple un nuevo Éxodo. La Eucaristía nos ayuda a vivir en estado permanente de Éxodo:
i) La multiplicación de los panes (Jn 6,1-15)
Jesús tiene delante de sí una multitud hambrienta y el reto de dar pan a todos. También Moisés afrontó este reto a lo largo de la marcha del pueblo por el desierto (Ex 16,1-35; Num 11,18-23). Después de haber comido, la gente saciada reconoce en Jesús al nuevo Moisés, el “Profeta que debe venir al mundo” (Jn 6,14), según cuanto está anunciado en la Ley de la Alianza (Dt 18,15-22).
ii) Jesús camina sobre el mar (Jn 6,16-21)
En el Éxodo, el pueblo está en marcha para obtener la libertad y afronta y vence al mar (Ex 14,22). También Jesús, como Moisés, domina y vence al mar, impide que la barca de sus discípulos sea tragada por las aguas y hace que todos lleguen salvos a la otra orilla.
iii) El discurso sobre el pan de vida
El discurso evoca el capítulo 16 del Éxodo donde se describe la historia del maná. Cuando Jesús habla de un”alimento que no perece” (Jn 6,27), está recordando el maná que perece y que cada vez sabe peor (Ex 16,20). Los judíos “murmurando” contra Jesús (Jn 6,41) hacen la misma cosa que los Israelitas en el desierto, que dudaban de la presencia de Dios con ellos a través de la caminata (Ex 16,2; 17,3; Num 11,1). Los Judíos dudaban de la presencia de Dios en Jesús de Nazaret (Jn 6,42). Jesús es el verdadero maná que nos da la vida para siempre.
Que la misericordia y la confianza en el Señor no te falte
Gracias
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