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7 de julio de 2012

¨Vendrán días en que les será arrebatado el esposo y entonces ayunarán¨.

Del Santo Evangelio según San Mateo 9, 14-17
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?" Jesús les dijo: ¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan". (Aciprensa.com)

Meditación de San Juan Crisóstomo


(…)

  -¿Qué es, pues, lo que dicen? ¿Cómo es que ayunando nosotros y los fariseos, tus discípulos no ayunan?-  

Enfermedad es ésta que combatió ya antes Cristo cuando dijo: ¨Cuando ayunes unge tu cabeza y lava tu cara¨. Lo ordenó porque sabía de antemano los males que de no hacerlo se seguirían. Cristo al responderles no los increpa ni les dice: ¨¡Oh ambiciosos de la vana gloria, hombres vanos!¨ Sino que con toda mansedumbre, les habla y dice: ¨¿Por ventura pueden los compañeros del novio llorar mientras está el novio con ellos?¨ De modo que cuando hablaba en favor de otros, es decir de los publícanos, para consolar sus ánimos heridos, increpó con alguna mayor vehemencia a quienes los querellaban. En cambio, cuando lo acometían a El y a sus discípulos, les respondía, con toda mansedumbre.  

Parece, pues, como si le dijeran: ¨Bien está que tú como médico procedas así. Pero tus discípulos ¿por qué haciendo a un lado el ayuno, se sientan a estas mesas?¨ Y para exagerar la acusación, se ponen ellos los primeros y luego a los fariseos, queriendo aumentar el crimen mediante la comparación. Porque dicen: nosotros y los fariseos ayunamos ampliamente. Cierto que ellos ayunaban enseñados por Juan y los fariseos enseñados por la Ley. Es como lo que el fariseo aquel decía: ¨Yo ayuno dos veces en la semana¨.  

-¿Qué les contesta Jesús?- 

¨¿Por ventura pueden los compañeros del novio llorar mientras está con ellos el novio?¨ Antes Cristo se llamó médico. Ahora se llama novio, revelando con esta palabra misteriosos secretos. Podía haberlos refutado agriamente y decirles: ¨Vosotros no tenéis autoridad para poner leyes en esto. Porque ¿qué utilidad hay en el ayuno cuando el alma rebosa perversidad y se os acusa y condena de otros crímenes y cuando lleváis la viga en-el ojo y todo lo hacéis para ostentación?¨ Porque antes que nada, convenía echar fuera la vanagloria y proceder en todo de una manera correcta en la caridad, en la mansedumbre, en el amor a los hermanos. 

Pues bien: nada de eso les dice, sino únicamente, con absoluta mansedumbre: No pueden los compañeros del novio ayunar mientras está con ellos el novio. Recordó con esto las palabras del Bautista que dijo: ¨El que tiene a la esposa, es el esposo; el amigo del esposo, que lo acompaña y lo oye, se alegra grandemente de oír la voz del esposo. ¨ Que es como si dijera: ¨El tiempo presente es de gozo y alegría. No traigáis pues acá la tristeza. Triste cosa es el ayuno, no por su naturaleza, sino para los débiles en la virtud. Pero para quienes anhelan adelantar, es cosa dulce y muy deseable. Así como cuando está bien el cuerpo se siente mucha alegría, así también cuando está bien el alma hay mayor placer. Pero literalmente, les responde según ellos pensaban. Y así Isaías, hablando del ayuno, lo llama humillación del alma, y lo mismo Moisés.


 Mas no por sólo este capítulo los reprime el Señor, sino además por otro, con estas palabras: ¨Vendrán días en que les será quitado el esposo y entonces ayunarán¨. Con lo que declara que no por motivo de gula no ayunan, sino por cierta providencia admirable; y al mismo tiempo predice su pasión, y con la respuesta instruye a los discípulos y los ejercita en la meditación de las cosas que parecían gravosas [intolerables] y tristes. Luego, como era verosímil que los objetantes pensaran altamente acerca de la pasión y cárcel de Juan, también humilla esa soberbia. Sin embargo, nada dice aún acerca de la resurrección, pues aún no era tiempo oportuno. Según la naturaleza, pues se le tenía como hombre, debía morir; pero la resurrección pertenecía al orden sobrenatural.

Luego hace aquí lo que ya antes había hecho. Así como antes, cuando se esforzaban en demostrar que era culpable pues comía con los pecadores, El les demostró lo contrario, o sea, que aquello no era culpa, sino obra digna de alabanza, así ahora, cuando le quieren probar que no instruye convenientemente a sus discípulos, les pone en claro cómo los que tal afirmaban no sabían en qué forma había que tratar a sus seguidores, y que por lo mismo imprudentemente acusaban. Les dijo: Nadie echa una pieza de paño no abatanado en un vestido viejo.

De nuevo emplea en su discurso ejemplos tomados de la vida diaria. Es como si dijera: ¨No están los discípulos fuertes aún en la virtud, por lo que es necesario mucha indulgencia, pues aún no han sido renovados por el Espíritu Santo. Y mientras están en este estadio no conviene imponerles la carga de onerosos preceptos¨. Decía esto, poniendo a sus discípulos leyes y dándoles reglas, para que cuando ellos a su vez hicieran discípulos a todos los hombres del universo, los trataran con suma mansedumbre.

-Ni se echa el vino nuevo en odres viejos. ¿Observas cómo usa de ejemplos tomados del Antiguo Testamento, como son el vestido y los odres?


Jeremías llama al pueblo ceñidor; y también acude a los odres y al vino. Y pues se trataba de la mesa y de la gula, toma de ahí sus ejemplos Cristo, Lucas dice algo más: es a saber, que el paño nuevo se romperá si lo coses con el viejo.

-¿Ves cómo de ahí no se sigue utilidad sino detrimento [daño]?-

Narra lo presente, pero en eso mismo predice lo futuro: o sea que los discípulos serán renovados y que entre tanto no se les mandará cosa que sea pesada ni dura. Como si dijera: quien antes de tiempo quiere imponer reglas elevadísimas, luego a su tiempo no encontrará idóneos a sus discípulos, porque él mismo ya los habrá inutilizado. Pero esto no proviene del vino ni de los odres que lo reciben, sino de las prisas de quienes ahí lo vaciaron.

En esto nos expone el motivo de que frecuentemente al hablar con ellos, use de sencillísimas palabras. Pues a causa de la debilidad de ellos en la virtud, muchas cosas se las decía con menos alteza de lo que la dignidad de ellas requería.
Juan el evangelista refiere que él mismo así se lo dijo: ¨Muchas cosas, tengo aún que deciros, mas no las podéis llevar ahora¨. Para que no pensaran que ya lo había dicho todo y para que esperaran en su pensamiento cosas mucho mayores, recordó lo de su debilidad presente, prometiéndoles que más adelante, cuando ya estuvieran más fortalecidos, se las diría.

-¿Qué es lo que aquí dice?-


¨Vendrán días en que les será arrebatado el esposo y entonces ayunarán¨. Tampoco, pues, exijamos nosotros todo de todos y ya desde el principio, sino exijamos lo que es posible y luego rápidamente procedamos más adelante. Si haces presión y tienes prisa, por esto mismo no te apresures, para que puedas ir de prisa. Y si esto te parece enigmático, apréndelo de la naturaleza misma de las cosas, pues verás toda la fuerza que tiene esa sentencia. No te impresionen los acusadores inoportunos: también en este caso los fariseos acusaban y los discípulos del Bautista se querellaban. Pero nada de eso apartó a Cristo de su modo de proceder, ni dijo: ¨Vergüenza es que éstos ayunen y nosotros no ayunemos¨. Sino que, como el buen patrón de una nave, puestos los ojos no en las olas alteradas, sino en su oficio, siguió en su procedimiento. Porque lo vergonzoso no era que no ayunaran, sino que, a propósito del ayuno recibieran heridas mortales y se los desgarrara y destrozara.
(…)


La edición y el subrayado son nuestros. 
San Juan Crisóstomo, Homilia XXX (XXXI),(Traducción directa del griego por Rafael Ramírez Torres , S. J)

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