En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado; entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desarrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor". Y, enrollando el libro, lo devolvió al que lo ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír". Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: "¿No es éste el hijo de José?" Y les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí, en tu tierra, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm". Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio". Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. (Aciprensa.com)
Comentario:
Hoy comenzamos a meditar el Evangelio de Lucas hasta el final del año litúrgico.El evangelio de hoy nos habla de la visita de Jesús a Nazaret y de la presentación de su programa a la gente de la sinagoga. En un primer momento, la gente queda admirada. Pero, al darse cuenta de que Jesús quiere acoger a todos, sin excluir a nadie, la gente se rebela y quiere matarlo.
• Lucas 4,16-19: La propuesta de Jesús. Impulsado por el Espíritu Santo, Jesús ha vuelto a Galilea (Lc 4,14) y empieza a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios. Va a las comunidades, enseña en las sinagogas y llega a Nazaret, donde se había criado. Vuelve a la comunidad, donde había participado desde pequeño durante treinta años. El sábado después, y como solía hacer, Jesús va a la sinagoga para participar en la celebración, se levanta para hacer la lectura. Escoge un texto de Isaías que habla de los pobres, de los presos, de los ciegos y de los oprimidos (Is 61,1-2). Este texto refleja la situación de la gente de Galilea en el tiempo de Jesús. La experiencia que Jesús tenía de Dios Padre, lleno de amor, le daba una mirada nueva para observar la realidad. En nombre de Dios, Jesús toma postura en defensa de la vida de su pueblo y, con las palabras de Isaías, define su misión:
(1) anunciar la Buena Nueva a los pobres, (2) proclamar a los presos la liberación, (3) devolver la vista a los ciegos, (4) devolver la libertad a los oprimidos y, retomando la antigua tradición de los profetas, (5) proclamar “un año de gracia de parte del Señor”. ¡Proclama el año del jubileo!
• En la Biblia, el “Año del Jubileo” era una ley importante. Cada siete años, inicialmente, (Dt 15,1; Lev 25,3), era necesario devolver las tierras a los clanes de los orígenes. Todos debían poder volver a su propiedad. Y así se impedía el enriquecimiento y se garantizaba la sobrevivencia de las familias. Era necesario perdonar también las deudas y rescatar a las personas que se habían tomado como esclavos (Dt 15,1-18). No fue fácil realizar el año del jubileo cada siete años (Cf. Jer 34,8-16). Después del exilio, se decidió hacerlo cada cincuenta años (Lev 25,8-12). El objetivo era y sigue siendo: reestablecer los derechos de los pobres, acoger a los excluidos y reintegrarlos en la convivencia. El jubileo era un instrumento legal para volver al sentido original de la Ley de Dios. Era una ocasión ofrecida por Dios para hacer una revisión del camino, para descubrir y corregir los errores y empezar de nuevo. Jesús empieza su predicación proclamando un Jubileo “Un año de gracia del Señor”.
• Lucas 4,20-22: Enlazar Biblia y Vida. Jesús actualiza el texto de Isaías diciendo: “¡Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy!” Asumiendo estas palabras como suyas, Jesús les da un sentido completo y definitivo y se declara el mesías que viene a cumplir la profecía. Sus oyentes quedan escandalizados decían: “¿Acaso no es éste el hijo de José?”. El escándalo fue porque Jesús habla de acoger a los pobres, a los ciegos y a los oprimidos. El propone acoger a los excluidos y él mismo es excluido.
• Lucas 4,23-30: Superar los límites de la raza. Para ayudar a que la comunidad supere el escándalo y para hacerle entender que su propuesta forma parte de la tradición, Jesús cuenta dos historias conocidas de la Biblia: la historia de Elías y la historia de Eliseo. Las dos historias critican la cerrazón mental de la gente de Nazaret. Elías fue enviado a la viuda de Sarepta (1 Re 17,7-16). Eliseo fue enviado a ocuparse del extranjero de Siria (2 Reyes 5,14). Se muestra aquí la preocupación de Lucas que quiere mostrar que la apertura hacia la gente viene de Jesús. Jesús tuvo las mismas dificultades que estaban teniendo las comunidades en tiempo de Lucas. Las historias de Elías y de Eliseo provocaron más rabia aún… La comunidad de Nazaret llegó al punto de querer matar a Jesús. Pero él mantuvo la calma. La rabia de los demás no consiguió desviarle del camino. Lucas muestra así lo difícil que es superar la mentalidad del privilegio y de la cerrazón.
• Jesús cita el texto de Isaías hasta donde dice: "proclamar un año de gracia de parte del Señor" corta la frase que decía: "y un día de venganza de nuestro Dios". La gente de Nazaret queda escandalizada ante Jesús al oír que quiere ser el mesías, porque quiere acoger a los excluidos y porque ha omitido la frase sobre la venganza. Quieren que el Día de Yahvé sea un día de venganza contra los opresores del pueblo. En este caso, la venida del Reino no sería más que un cambio superficial y no un cambio o conversión del sistema. Jesús no acepta esta manera de pensar, no acepta la venganza (cf. Mt 5,44-48).
• Lucas 4,20-22: Enlazar Biblia y Vida. Jesús actualiza el texto de Isaías diciendo: “¡Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy!” Asumiendo estas palabras como suyas, Jesús les da un sentido completo y definitivo y se declara el mesías que viene a cumplir la profecía. Sus oyentes quedan escandalizados decían: “¿Acaso no es éste el hijo de José?”. El escándalo fue porque Jesús habla de acoger a los pobres, a los ciegos y a los oprimidos. El propone acoger a los excluidos y él mismo es excluido.
• Lucas 4,23-30: Superar los límites de la raza. Para ayudar a que la comunidad supere el escándalo y para hacerle entender que su propuesta forma parte de la tradición, Jesús cuenta dos historias conocidas de la Biblia: la historia de Elías y la historia de Eliseo. Las dos historias critican la cerrazón mental de la gente de Nazaret. Elías fue enviado a la viuda de Sarepta (1 Re 17,7-16). Eliseo fue enviado a ocuparse del extranjero de Siria (2 Reyes 5,14). Se muestra aquí la preocupación de Lucas que quiere mostrar que la apertura hacia la gente viene de Jesús. Jesús tuvo las mismas dificultades que estaban teniendo las comunidades en tiempo de Lucas. Las historias de Elías y de Eliseo provocaron más rabia aún… La comunidad de Nazaret llegó al punto de querer matar a Jesús. Pero él mantuvo la calma. La rabia de los demás no consiguió desviarle del camino. Lucas muestra así lo difícil que es superar la mentalidad del privilegio y de la cerrazón.
• Jesús cita el texto de Isaías hasta donde dice: "proclamar un año de gracia de parte del Señor" corta la frase que decía: "y un día de venganza de nuestro Dios". La gente de Nazaret queda escandalizada ante Jesús al oír que quiere ser el mesías, porque quiere acoger a los excluidos y porque ha omitido la frase sobre la venganza. Quieren que el Día de Yahvé sea un día de venganza contra los opresores del pueblo. En este caso, la venida del Reino no sería más que un cambio superficial y no un cambio o conversión del sistema. Jesús no acepta esta manera de pensar, no acepta la venganza (cf. Mt 5,44-48).
La edición y el subrayado son nuestros
Tomado del Sitio Oficial de los Carmelitas
Mesías. ¨En hebreo significa ungido; la palabra griega corresponde a cristós. Los israelitas ungían a sus reyes y, más tarde, a sus sumos sacerdotes. Poco a poco pasaron a esperar a alguien, ungido de modo muy especial: El Mesías o Cristo. [Juan 1,41].La comunidad cristiana ve en Jesús de Nazaret al Mesías esperado y, por eso, lo llama Cristo. En otras palabras, Ungido, Mesías y Cristo, pueden significar lo mismo. El simbolismo de la unción es muy bonito: así como el OLEO fortifica, sana, impermeabiliza, nada deberá enflaquecer o corromper a este ungido; su vida tiene que ser agradable al Señor, como el perfume del óleo.¨(Pequeño Vocabulario Bíblico, Wolfgang Gruen, Clerus.org)
En este día, meditemos: ¿Quién es realmente, el Señor Jesús para nosotros? ¿Es el Mesías, el enviado por Dios para salvarnos del pecado y de la muerte?, o ¿Es un ser que sólo nos consuela y nos da milagros?
Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.
Gracias
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