Buen día en el Señor, en el evangelio de hoy (Mt 9, 32-38). Jesús realiza la curación de un endemoniado mudo. Con estos dos episodios Mateo, trata de mostrarnos cómo Jesús practicaba las enseñanzas dadas en el Sermón de la Montaña (Mt 5 a 7).
La curación de un mudo.Un endemoniado mudo fue presentado ante Jesús, y Él expulsa al demonio, devolviéndole el habla. Jesús, en todos los evangelios, trata con cuidado y cariño a las personas enfermas. Las enfermedades no eran sólo corporales, en el fondo, estos males eran una muestra del abandono total y el estado deprimente y no humano en que obligados vivían.
Jesús consciente de ello, realizaba sus curaciones no sólo contra las deficiencias corporales, sino también y sobre todo contra ese mal mayor del abandono material y espiritual de la gente. Pues, además de la explotación económica que sufrían , la religión oficial de la época, en vez de ayudar a la gente a encontrar a Dios, enseñaba que las enfermedades eran un castigo de Dios por el pecado. Por esto, aumentaba en la gente el sentimiento de exclusión y de condena. Jesús hacía todo lo contrario, con su acogida llena de amor y ternura, a través de la curación de los enfermos contribuía en restablecer la convivencia entre las personas y comunidades, poblados y aldeas de Galilea.
La doble interpretación de la curación.La primera reacción de la gente es de admiración y gratitud: “¡Nunca se vio cosa semejante en Israel!” . Mientras que en los fariseos, es de desconfianza y de malicia: “Por el príncipe de los demonios expulsa a los demonios” . No pudiendo estos negar tales hechos, la única manera que tienen es la de atribuir la expulsión al poder del maligno.
La compasión de Jesús. “Y al ver la muchedumbre, sintió compasión por ella porque estaban vejados y abatidos, como ovejas sin pastor”. Ante la falta de pastores, Jesús trata de ser el pastor (Jn 10,11-14). Mateo ve aquí la realización de la profecía del Siervo de Yahvé “Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias” (Mt 8,17 e Is 53,4). Jesús como ¨ El Siervo de Yahvé¨ , su gran preocupación era “encontrar una palabra de consuelo para quien estaba desanimado” (Is 50,4). El evangelio de Mateo, buscaba revelar a los judíos convertidos de Galilea y de Siria, que Jesús es el Mesías anunciado por los profetas (cf. Mt 1,23; 2,5.15.17.23; 3,3; 4,14-16; etc.).
Esta compasión por sus ovejas le hace exclamar ante los discípulos: "La mies es mucha y los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.”
La curación de un mudo.Un endemoniado mudo fue presentado ante Jesús, y Él expulsa al demonio, devolviéndole el habla. Jesús, en todos los evangelios, trata con cuidado y cariño a las personas enfermas. Las enfermedades no eran sólo corporales, en el fondo, estos males eran una muestra del abandono total y el estado deprimente y no humano en que obligados vivían.
Jesús consciente de ello, realizaba sus curaciones no sólo contra las deficiencias corporales, sino también y sobre todo contra ese mal mayor del abandono material y espiritual de la gente. Pues, además de la explotación económica que sufrían , la religión oficial de la época, en vez de ayudar a la gente a encontrar a Dios, enseñaba que las enfermedades eran un castigo de Dios por el pecado. Por esto, aumentaba en la gente el sentimiento de exclusión y de condena. Jesús hacía todo lo contrario, con su acogida llena de amor y ternura, a través de la curación de los enfermos contribuía en restablecer la convivencia entre las personas y comunidades, poblados y aldeas de Galilea.
La doble interpretación de la curación.La primera reacción de la gente es de admiración y gratitud: “¡Nunca se vio cosa semejante en Israel!” . Mientras que en los fariseos, es de desconfianza y de malicia: “Por el príncipe de los demonios expulsa a los demonios” . No pudiendo estos negar tales hechos, la única manera que tienen es la de atribuir la expulsión al poder del maligno.
La compasión de Jesús. “Y al ver la muchedumbre, sintió compasión por ella porque estaban vejados y abatidos, como ovejas sin pastor”. Ante la falta de pastores, Jesús trata de ser el pastor (Jn 10,11-14). Mateo ve aquí la realización de la profecía del Siervo de Yahvé “Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias” (Mt 8,17 e Is 53,4). Jesús como ¨ El Siervo de Yahvé¨ , su gran preocupación era “encontrar una palabra de consuelo para quien estaba desanimado” (Is 50,4). El evangelio de Mateo, buscaba revelar a los judíos convertidos de Galilea y de Siria, que Jesús es el Mesías anunciado por los profetas (cf. Mt 1,23; 2,5.15.17.23; 3,3; 4,14-16; etc.).
Esta compasión por sus ovejas le hace exclamar ante los discípulos: "La mies es mucha y los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.”
En este día, experimentemos la ternura y compasión de Jesús, ante nuestros pecados, enfermedades y debilidades.
Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.
Gracias
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