Buen día en el Señor continuamos viendo el Sermón de la Misión (caps. 10-12). A lo largo de estos dos capítulos, aparecen las adhesiones, las dudas y los rechazos que Jesús iba provocando. Juan el Bautista, que miraba con los ojos del pasado, no conseguía, entenderlo (Mt 11,1-15). La gente, que miraba hacia Jesús con finalidad interesada, tampoco (Mt 11,16-19). En el Evangelio de hoy (Mateo 11,20-24) las grandes ciudades alrededor del lago, que oyeron la predicación de Jesús y vieron sus milagros, no quisieron abrirse a su mensaje.
La acción misericordiosa de Jesús. Era una advertencia clara para los discípulos que andaban con Jesús por Galilea. No podían esperar mucha recompensa ni elogio por el hecho de ser misioneros de Jesús.
La palabra contra las ciudades que no lo recibieron. El espacio por donde Jesús anduvo era un espacio reducido. A lo largo del Mar de Galilea había pocos Kms. cuadrados alrededor de Cafarnaún, Betsaida y Corazín. Aquí fue, pues, donde Jesús realizó la mayor parte de sus milagros y de sus discursos. Vino a salvar a toda la humanidad, y casi no salió del limitado espacio de su tierra. Trágicamente, Jesús tuvo que constatar que la gente de aquellas ciudades no quiso aceptar el mensaje del Reino y no se convirtió. Las ciudades se fijaron en su rigidez, en sus tradiciones y en las costumbres y no aceptaron la invitación de Jesús que consistía en cambiar vida.
Corazín, Betsaida y Cafarnaún son peores que Tiro, Sidón y Sódoma. En el pasado, Tiro y Sidón, enemigos férreos de Israel, maltrataron al pueblo de Dios. Por esto, fueron maldecidas por los profetas (Is 23,1; Jr 25,22; 47,4; Ez 26,3; 27,2; 28,2; Jl 4,4; Am 1,10). Y ahora, Jesús dice que estas ciudades, símbolos de toda la maldad posible, se hubiesen convertido ya si en ellas se hubiesen visto los milagros hechos en Corazín y Betsaida. Sódoma, existiría hoy, si hubiese visto los milagros que Jesús hizo en Cafarnaún.
La advertencia vale también para nosotros que nos invitan a confrontar nuestra actitud con la actitud de los personajes que aparecen en el evangelio y a preguntarnos si somos como Juan Bautista (Mt 11,1-15), como el pueblo interesado (Mt 11,16-19), como las ciudades incrédulas (Mt 11,20-24), como los doctores que pensaban saberlo todo y no entendían nada (Mt 11,25), como los fariseos que lo único que sabían hacer era criticar (Mt 12,1-45) o como la gente pequeña que iba en busca de Jesús para seguirle (Mt 12,15) y que con su sabiduría, sabe entender y aceptar el mensaje del Reino (Mt 11,25-30).
La acción misericordiosa de Jesús. Era una advertencia clara para los discípulos que andaban con Jesús por Galilea. No podían esperar mucha recompensa ni elogio por el hecho de ser misioneros de Jesús.
La palabra contra las ciudades que no lo recibieron. El espacio por donde Jesús anduvo era un espacio reducido. A lo largo del Mar de Galilea había pocos Kms. cuadrados alrededor de Cafarnaún, Betsaida y Corazín. Aquí fue, pues, donde Jesús realizó la mayor parte de sus milagros y de sus discursos. Vino a salvar a toda la humanidad, y casi no salió del limitado espacio de su tierra. Trágicamente, Jesús tuvo que constatar que la gente de aquellas ciudades no quiso aceptar el mensaje del Reino y no se convirtió. Las ciudades se fijaron en su rigidez, en sus tradiciones y en las costumbres y no aceptaron la invitación de Jesús que consistía en cambiar vida.
Corazín, Betsaida y Cafarnaún son peores que Tiro, Sidón y Sódoma. En el pasado, Tiro y Sidón, enemigos férreos de Israel, maltrataron al pueblo de Dios. Por esto, fueron maldecidas por los profetas (Is 23,1; Jr 25,22; 47,4; Ez 26,3; 27,2; 28,2; Jl 4,4; Am 1,10). Y ahora, Jesús dice que estas ciudades, símbolos de toda la maldad posible, se hubiesen convertido ya si en ellas se hubiesen visto los milagros hechos en Corazín y Betsaida. Sódoma, existiría hoy, si hubiese visto los milagros que Jesús hizo en Cafarnaún.
La advertencia vale también para nosotros que nos invitan a confrontar nuestra actitud con la actitud de los personajes que aparecen en el evangelio y a preguntarnos si somos como Juan Bautista (Mt 11,1-15), como el pueblo interesado (Mt 11,16-19), como las ciudades incrédulas (Mt 11,20-24), como los doctores que pensaban saberlo todo y no entendían nada (Mt 11,25), como los fariseos que lo único que sabían hacer era criticar (Mt 12,1-45) o como la gente pequeña que iba en busca de Jesús para seguirle (Mt 12,15) y que con su sabiduría, sabe entender y aceptar el mensaje del Reino (Mt 11,25-30).
En este día escuchemos la voz del Señor y veamos los milagros que su Amor hace en nuestras vidas y que nos dicen: ¨Conviértanse, que el reino de Dios esta cerca¨.
Que la Misericordia y la confianza en El Señor, no les falte.
Gracias.
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