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31 de agosto de 2012

Velad, porque no sabéis el día ni la hora...

Del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis". Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora". (Aciprensa.com)


Comentario:
La parábola se trata de la venida del Hijo del Hombre (cf Mt 24,37). Nadie sabe cuándo va a venir ese día, “ni los ángeles, ni el hijo mismo, sino que solamente el Padre” (Mt 24, 36). No importa que los adivinos quieran hacer cálculos. El Hijo del Hombre vendrá de sorpresa, cuando la gente menos lo espera (Mt 24,44). Puede ser hoy, puede ser mañana. Por esto, el recado final de la parábola de las diez vírgenes es “¡Vigilad!’ Las diez muchachas deben estar preparadas para cualquier eventualidad. 

Mateo 25,1-4: Las diez vírgenes preparadas para aguardar al novio. La parábola empieza así: “El Reino del Cielo es como diez vírgenes que prepararon sus lámparas y salieron al encuentro del novio”. Se trata de muchachas que debían acompañar al novio para la fiesta de la boda. Para esto, ellas debían llevar consigo las lámparas, sea para iluminar el camino, sea para iluminar la fiesta. Cinco de ellas eran prudentes y cinco eran insensatas. Esta diferencia aparece con claridad en la manera en que se preparan para la función que recibirán. Junto con las lámparas encendidas, las prudentes llevaron consigo también una vasija de aceite de reserva. Se preparaban para cualquier eventualidad. Las vírgenes insensatas se llevaron sólo las lámparas, sin pensar en llevarse un poco de aceite de reserva.

• Mateo 25,5-7: El retraso de la llegada del novio. No había una hora determinada para que llegara. En la espera, el sueño se apodera de las muchachas, sin embargo las lámparas siguen gastando aceite o se van apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!”. Todas ellas despiertan y empiezan a preparar las lámparas que ya estaban casi al final. Debían de poner el aceite de reserva para evitar que las lámparas se apagaran.

• Mateo 25,8-9: Las diversas reacciones ante la llegada atrasada del novio. Solamente ahora las necias se dan cuenta de que olvidaron llevar consigo el aceite de reserva. Fueron a pedir aceite a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan”. Las prudentes no pudieron atender este pedido, pues en aquel momento lo que importaba no era que las prudentes compartieran su aceite con las otras, sino que estuvieran listas para acompañar al novio hasta el lugar de la fiesta. Por esto aconsejan: ¨es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.¨

• Mateo 25,10-12: El destino de las vírgenes prudentes y de las necias. Las necias siguen el consejo de las prudentes y van a comprar aceite. Durante esta breve ausencia de la compra llega el novio y las prudentes pueden acompañarlo a la fiesta de las bodas. Y la puerta se cierra detrás de ellas. Cuando llegan las otras, llaman a la puerta y piden: “¡Señor, Señor, abre la puerta para nosotras!” Y reciben la respuesta: “En verdad os digo que no os conozco”.

• Mateo 25,13: La recomendación final de Jesús para todos nosotros. La historia de esta parábola es muy sencilla y la lección es evidente. “Velad, pues, porque no sabéis, ni el día, ni la hora”. Moral de la historia: no seas superficial, mira más allá del momento presente, trata de descubrir el llamado de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en la lámpara.’

La edición y el subrayado son nuestros  

Tomado del Sitio Oficial de los Carmelitas


Juan Pablo II nos dice: ¨También en la parábola de las diez vírgenes «que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del esposo» (Mt 25, 1), se encuentra la analogía nupcial [comparación matrimonial] usada por Jesús para dar a entender su pensamiento sobre el reino de Dios y la Iglesia, en la que ese reino se hace realidad. En esa misma parábola se puede apreciar también la insistencia en la necesidad de la disposición interior, sin la que no se puede participar en el banquete de bodas. Mediante esa parábola Jesús nos llama a la prontitud, a la vigilancia y al esfuerzo fervoroso en la espera del Esposo. Sólo cinco de las diez vírgenes se habían cuidado de que sus lámparas estuviesen encendidas a la llegada del Esposo. A las otras, por imprevisión, les faltó el aceite. «Llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta» (Mt 25, 10). Es una alusión delicada, pero muy clara, a la suerte de quien no tiene la disposición interior adecuada para el encuentro con Dios y, por tanto, carece de fervor y de perseverancia en la espera. Esa alusión, por consiguiente, se refiere al peligro de que le cierren la puerta en el rostro. Una vez más encontramos la llamada al sentido de responsabilidad frente a la vocación cristiana.¨ (Juan Pablo II, Audiencia General, 11 de diciembre de 1991)


Es una bella comparación la que hace Jesús al llamarse esposo, pues Él dio su vida por la Iglesia. Ese es el amor que nos muestra ahora, el de un esposo. y espera que respondamos como tal: sin demoras, sin ¨darle largas¨, atentamente, sin conformarse, sin acostumbrarse, ni dormirse, con fervor, con amor constante, tierno y estable. Lo importante es la disposición interior, la forma que abramos el corazón, lo profundo de nosotros, al encuentro con Dios. 


En este día meditemos como es nuestra relación con Jesús:
¿Es cómo Él la espera de nosotros?

Que la misericordia y la confianza en el Señor nos les falte.

Gracias
 
Véase tambien:

Del Santo Evangelio Según San Mateo 13, 44-46 (Sobre el significado del Reino de Dios en las parábolas)¨
 "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.¨ (Sobre la necesidad de estar alertas)
¨El Reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo¨ (Sobre la necesidad de convertirse)
La cosecha es el fin del tiempo¨(Sobre el Juicio Final)


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