En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo la paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".(Aciprensa.com)
Comentario:
Comentario:
Tenemos algunas palabras apasionadas e inquietante de Jesús hoy.
• Jesús, vino a traer fuego sobre la tierra. En primer lugar, expresa su profundo deseo de arrojar un fuego sobre la tierra. En las imágenes del Antiguo Testamento, el fuego es un símbolo de la presencia poderosa de Dios. Recordamos a Moisés en la zarza ardiente, la columna de fuego que acompañó a los israelitas por la noche mientras vagaban por el desierto hacia la tierra prometida, así como las lenguas de fuego que se cernían sobre los discípulos en Pentecostés.
Es este fuego pentecostal que quema los corazones de los hombres y los atrae a cambiar el rumbo de sus vidas. Para que el deseo de Jesús se cumpla tenemos que poner de nuestra parte para ayudar a difundir algo de ese fuego del amor de Dios en todas partes.
• Jesús, desea fuertemente su bautismo, el sufrimiento que atravezará por Amor a nosotros. En segundo lugar, expresa el deseo de que su bautismo se consuma. El bautismo se refiere aquí a su inmersión en el terrible sufrimiento y la muerte por el cual será liberado. De hecho, el ritual del bautismo en el que se encuentra inmersa la persona a ser bautizada en la pila bautismal fue visto como un paralelo a Jesús descender a la muerte y emergentes para la vida nueva de la resurrección. Pablo habla acerca de esto.
• El anuncio de Jesús, trae divisiones.- .En tercer lugar, Jesús dice que ha venido a traer paz, sino división en la tierra. A primera vista, este es un dicho duro y no tiene ningún sentido. ¿No es Jesús el Príncipe de la Paz? ¿No dijo Jesús en la última cena que estaba dando su paz a sus discípulos, una paz que el mundo no puede dar y que nadie puede quitar? ¿No dijo: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os haré descansar"? ¿No fue el saludo final de Cristo resucitado a sus discípulos en el aposento alto "La Paz esté con ustedes"?
Sí, pero también advirtió a sus discípulos que, después de su muerte, les podría esperar un camino difícil. Serían llevados ante gobernantes y gobernadores, serían golpeados y encarcelados y condenados a muerte. La gente podría pensar que estaba haciendo bien pues libraban al mundo de ellos. En estee sentido, Jesús no estaba seguro de traer la paz.
Y, en el momento en que se escribió este evangelio, la profecía de Jesús había sido bien confirmada,. y no había mucho más por venir.
La desintegración de las familias, el padre contra la madre, padres contra hijos, parientes políticos en contra de los suegros, por desgracia es demasiado común que uno o más miembros de una familia decide seguir a Cristo y ser bautizado. Estos deben haber sido experiencias muy dolorosas que nadie quería. Cualquiera que esté familiarizado con la historia de la Iglesia en China durante la persecución comunista sabe cuántas familias fueron desgarradas por su cristianismo aceptando. (En el Evangelio, lo vemos en la historia de un hombre ciego que se unió a Jesús y cuyos padres, aterrorizados por las autoridades, no quería tener nada que ver. Sin duda, era una imagen bastante familiar para los convertidos tempranamente, para no mencionar la iglesia reciente,.)
Jesús había advertido que aquellos que querían seguirle tenían que estar listos, si es necesario, para salir de su casa y de la familia y entrar en una nueva familia de hermanos y hermanas. Para seguir el camino de la verdad y del amor, de la libertad y la justicia siempre va a despertar la hostilidad de aquellos que se sienten amenazados por la bondad.
¿Pero es correcto romper con la familia? Para poder responder preguntemos ¿Qué es lo más amoroso por hacer: ser fiel a las propias convicciones y la integridad propia, o comprometerse con un bienestar y una paz meramente externos? El que deja una familia por la causa de Cristo y del Evangelio, muestra un mayor amor por su familia y nunca dejará de amarles sin importar la reacción violenta que puedan tener a la elección del cristiano que ha creído necesaria hacer. A la larga, la verdad y el amor prevalecerá.
Por último, de la hostilidad, de la división, de la persecución, siempre el cristiano no es directamente responsable, que no le quite la paz de que Jesús habló. Por el contrario, es sólo por ser fiel a las propias convicciones y la propia integridad, sea cual sea el precio que haya que pagar, que esa paz puede experimentarse.
La edición y el subrayado son nuestros
En este día preparemos nuestro corazón pora ser fuertes en el Señor, con absoluta confianza y total entrega a su misión de anunciarle en nuestras vidas.
Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.
Gracias.
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