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29 de diciembre de 2013

"Coge al niño y a su madre y huye a Egipto"

Del Santo Evangelio Según San Mateo 2,13-15.19-23
Solemnidad de la Sagrada Familia

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: "Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto".
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño." Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno. (Aciprensa.com)
Comentario:

La liturgia de hoy nos hace partícipes de la vida de la Sagrada Familia, en el hogar de Nazaret. Dios inaugura la plenitud de los tiempos, en las circunstancias más normales y ordinarias: en una familia, en una casa, en una pequeña aldea de Galilea. Allí, junto a José, maestro carpintero, vive y trabaja Jesús, el Hijo de Dios, hecho hombre y nacido de la Virgen María. En esta familia, el que sería la salvación del mundo, aprende como cualquier niño a caminar por la vida. El Hijo de Dios vive en Nazaret hasta que cumple treinta años, junto a su madre terrena y junto a aquel que, por encargo del Padre del cielo, asume la responsabilidad de padre en la tierra.

El Evangelista compendia en una sola frase aquellos años de vida oculta: “El niño iba creciendo y robusteciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios lo acompañaba” (Lc 2, 40).

La Sagrada Familia, ejemplo y modelo de toda familia cristiana, manifiesta los ideales que, según el eterno designio de Dios, toda familia debe buscar para ser digna del nombre con el cual ha sido designada por la tradición cristiana: iglesia doméstica.

El Salmo que hemos cantado nos muestra la vida familiar y matrimonial donde todos y cada uno –el padre, la madre y los hijos–, hallan su lugar adecuado. Siendo fieles a la propia vocación, dentro de la familia, encuentran también –junto con la bendición divina– una verdadera felicidad humana.

“Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos” (Sal 128 [127], 1). 

Dichoso el esposo que, como San José, manifiesta su amor ganando el sustento para su casa con el trabajo de sus manos. “Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien” nos dice el Salmo (Sal 128 [127], 2). 

Vuestra sabiduría ancestral, queridos hermanos de Aymara, enseña: Jani lun thata: No seas ladrón. Jani qaira: no seas flojo. Jani kari: no seas mentiroso.

Son éstas unas virtudes que, aplicadas a vuestro trabajo, han de ser manifestación del amor a Dios y al prójimo, ejemplo de fortaleza para vuestros hijos, y que traerán la felicidad a vuestras familias.

Dichosa la esposa, cuya maternidad compara el Salmista a la “vid fecunda” (Ibíd. 3),  mujer y madre, corazón de la familia, que constituye verdaderamente la “intimidad de la casa” (Ibíd.), y en torno a la cual todos se congregan sintiendo su amor solícito. La mujer, como María, con su amor y su trabajo, oculto y esforzado, da consistencia al hogar.

Dichosos los hijos, –en palabras del Salmo– que crecen desde niños en la familia “como brotes de olivo” (Ibíd.). No sólo “en torno a la mesa común” (Ibíd.), sino sobre todo en torno a sus padres, que deben ser el mejor modelo para “crecer en sabiduría y gracia” como Jesús en Nazaret.

Dichosa, finalmente, la sociedad que permite y hace posible que crezcan dignamente sus familias, que favorece el sereno y fecundo desarrollo de la vocación de cada uno dentro de los hogares.

Dios es amor. 

Así nos lo muestra la Sagrada Familia, ya que ninguna otra cosa puede ocupar el centro de la vida familiar, y de toda vida cristiana sino el amor. Es más, según el designio divino, la familia está constituida precisamente como “íntima comunidad de vida y de amor” (Gaudium et spes, 48; cf. Familiaris consortio, 17)  y a ella le compete “la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la comunidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia, su esposa” (Familiaris consortio, 17). 

Por el amor conyugal, el hombre y la mujer “ya no son dos, sino una sola carne” (Mt 19, 6; Gen 2, 24),  llamados a crecer continuamente en su comunión a través de la fidelidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación total (Familiaris consortio, 19)
Dios Padre quiso, además, confirmar, purificar y elevar a la perfección la unión entre varón y mujer, convirtiéndola en sacramento grande, símbolo de la unión entre Cristo y la Iglesia (cf Ef 5, 32). En este misterio, el Espíritu Santo da a los esposos la gracia necesaria para desarrollar esta comunión de vida y mantenerla indisoluble hasta la muerte (Familiaris consortio, 19-20).  Por eso, siguiendo la enseñanza de Jesucristo, es preciso recordar con firmeza la doctrina de la indisolubilidad del matrimonio, haciendo llegar la ayuda maternal de la Iglesia a “cuantos consideran difícil o incluso imposible vincularse a una persona de por vida, y a cuantos son arrastrados por una cultura que rechaza la indisolubilidad matrimonial y se mofa abiertamente del compromiso de los esposos a la fidelidad” (Ibíd. 20). 

Hermanos míos bolivianos: No os dejéis seducir por el fácil recurso al divorcio, ni rechacéis la gracia del sacramento, optando por modos de unión contrarios al querer de Dios y a la ley natural, como el concubinato, en donde no puede estar presente el amor pleno. Ayudad a vuestros amigos, parientes y conocidos que puedan hallarse todavía en estas situaciones, o en lo que vosotros llamáis “sirviñacuy”, a que entiendan el verdadero significado del matrimonio cristiano y lleguen, con la gracia de Dios, a la riqueza y plenitud del sacramento, como os han aconsejado vuestros obispos (cf. Episcopado boliviano, Epistula Pastoralis «De familia», 109). Sólo un matrimonio indisoluble puede ser la base firme y duradera de una comunidad familiar, que cumpla su vocación de centro de manifestación y difusión del amor. “El amor no pasa nunca” (1Co 13, 8), nos dice San Pablo.

La Iglesia, como Madre y Maestra, sabe que los esposos pueden pasar por situaciones difíciles y, en consecuencia, quiere ayudarles a encontrar los modos de resolverlas según el designio divino. También aquí, el recurso frecuente a la oración y a los sacramentos será la sólida base sobre la cual edificar la cooperación con la divina Providencia (Familiaris consortio, 33) . 

(...)

María es fruto de ese amor maravilloso de Dios a los hombres. El amor es a su vez el mayor don de Dios y la virtud más grande del hombre. Por el amor se construye la familia y la comunidad, y sólo el amor permanecerá para siempre en nuestra eterna unión con Dios.

Por tanto, ¿qué cosa puedo desearos más ardientemente, queridos hijos y hijas de esta tierra boliviana, sino aquel amor del que nos habla San Pablo en su Carta a los Corintios? ¿Qué cosa mejor puedo desearos a vosotros esposos, madres, hijos; a ti, familia boliviana?

No existe un don más grande que el verdadero amor; y no existe mayor bien para la persona y para la comunidad que el amor.

“Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos” (Sal 128 [127], 1). 

¡Caminad por las sendas del Señor! Las sendas del Señor son el amor. El amor es lo más grande (cf. 1Co 13, 13). 



Descubramos, que la Sagrada Familia, es ejemplo y modelo de toda familia cristiana. En la vida familiar y matrimonial, cada miembro de ella, halla su lugar adecuado alrededor del amor y de la búsqueda de la verdadera felicidad.

Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.

Gracias

22 de diciembre de 2013

"José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados."

Del Santo evangelio según San Mateo 1,18-24;
Cuarto Domingo de Adviento

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.(Aciprensa.com)



Comentarios:

Comentario sobre Isaías 7,10-14, Romanos 1:1-7, Mateo 1:18-25

Ahora estamos en la víspera del nacimiento de Jesús. En el Evangelio de hoy, Mateo nos dice cómo sucedió esto. Su relato es totalmente diferente al de Lucas. Lo único en común entre ambos son las ideas centrales:

- Jesús fue concebido por el poder del Espíritu Santo, y

- José y María son los padres de Jesús.

En ambos relatos hay un aspecto angelical: en el caso de María y José. María se dice - en el evangelio de Lucas - que tendrá un hijo. Cuando ella dice que todavía es virgen, se le dice que el Espíritu Santo vendrá sobre ella y su hijo será el Hijo de Dios. En el caso de José, le dicen - en el evangelio de Mateo - que no tenga miedo de tomar a María por esposa, porque el niño que espera es del Espíritu de Dios. Las historias son diferentes, pero el mensaje central es el mismo. María es la madre del niño, pero José no es el padre.

Bodas judías
Las bodas judías comprenden tres etapas. En primer lugar, estaba el compromiso. Esto a menudo era dispuesto por los padres o una casamentera, mientras la pareja eran  todavía aun niños pequeños. Los matrimonios eran vistos principalmente como la unión de las familias y de la continuación de la línea familiar. No eran principalmente uniones de amor, lo que esperamos en la actualidad. Por supuesto, en el curso del tiempo tanto marido y esposa pueden quedar profundamente unidos por un amor genuino y por el cuidado de unos a otros. Pero era la procreación, especialmente la de los hijos, que fue la primera prioridad. Así vemos en tiempos del Antiguo Testamento como las mujeres maldecidas sentían que no podían concebir hijos de sus esposos.

El amor podía o no venir, lo que era secundario. Y fue hace muy poco tiempo que la propia iglesia católica puso a los dos fines del matrimonio - el amor y la procreación - como igualmente importantes. La Iglesia tardo en comprender que un amor cristiano profundo podría expresarse a través de las relaciones sexuales, que se trataban de un profundo don recíproco de entrega total de si mismo al cónyuge y que no eran sólo un lamentables pero inevitable medio para procrear .

El dilema de José
Más tarde llegó el compromiso. Esta era una relación legalmente vinculante durante un año. Durante este período la pareja vivían separados y no tenían relaciones sexuales. Si cualquiera de las partes no quería seguir adelante con el matrimonio, tenía que haber un divorcio. Y el castigo por mantener relaciones sexuales con una virgen desposada fue la lapidación hasta la muerte para ambos. La tercera etapa fue el propio matrimonio.

Podemos ver entonces serio dilema de José, por no hablar de su sentimiento de shock, cuando descubrió que su prometida ya estaba embarazada y no por él. Parecía un caso abierto y cerrado, de adulterio.

¡Podemos imaginar los sentimientos de María misma! ¿Cómo iba a explicar que estaba embarazada por el poder de Dios? ¿Quién iba a creer una historia así? Si José se sintió ultrajado y traicionado, se podría entender. La mayoría de los hombres ante tal insulto a su hombria y la posibilidad de convertirse en el ¨hazmerreír¨ de los demás hombres de la aldea, habrían planeado la venganza  .

Pero José no era una persona ordinaria. Él era un hombre "justo". Y él debe haber visto en María más que una persona común también. Él no quería exponerla abiertamente. Eso significaría hacerse responsable del castigo más severo. Pero por lo menos la ley mosaica requería un hombre divorciarse de su mujer en tales circunstancias. Este era el deber de José y él iba a cumplirlo.

Pero la compasión por su novia (extraordinario en estas circunstancias y en esta cultura) lo llevó a querer romper el compromiso en voz baja, es decir, ante un mínimo de dos testigos y sinpresentar  cargos.

El mensaje del ángel
Ahí,  es cuando se le aparece el ángel diciéndole que siga adelante con el matrimonio. El niño ha sido concebido por el poder del Espíritu de Dios. Ningún otro hombre está involucrado. El hijo debe ser llamado "Jesús", que significa "Salvador" porque su misión es salvar a su pueblo de su ruptura con Dios.

Como descendiente de David, José se convertirá en el padre legal de Jesús, el Mesías. Y Jesús , más tarde en Evangelio será llamado: "Hijo de David". Como dice Pablo en la segunda lectura de hoy: él, Pablo, predica el evangelio "se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. "

En muchos sentidos, José es un reflejo del José del Antiguo Testamento hebreo, hijo de Jacob que fue vendido como esclavo por sus hermanos celosos. Él también era un hombre justo, influenciado por los sueños y obligado al exilio en Egipto.

El cumplimiento de las Escrituras
En el Evangelio de Mateo, once veces, se indica cómo los acontecimientos en la vida de Jesús son el cumplimientos de las promesas del Antiguo Testamento. Aquí cita al profeta Isaías (usando el texto de la Septuaginta griega): "Mira, la virgen concebirá y dará a luz un hijo " El niño será llamado Emmanuel, que Mateo explica el significado de "Dios con nosotros". Jesús será la misma presencia de Dios el Padre en nuestro mundo. Como dice Juan en su prólogo: "El Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros" (Juan 1:14). Dios está con nosotros y es uno de nosotros. Y esta presencia no termina con la resurrección.

Antes de que Jesús deje a sus discípulos en la Ascensión, sus últimas palabras (en el Evangelio de Mateo) son: "Yo estaré con vosotros  - hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20). Hasta en la actualidad, Jesús sigue siendo el Emmanuel. Y es por eso que seguimos celebrando su nacimiento 2000 años después. A través de su Cuerpo, la Iglesia, la comunidad cristiana, Jesús sigue siendo visiblemente presente en la palabra y la acción. Esta Eucaristía es la celebración sacramental de esa presencia, una presencia en todos y en cada uno de nosotros aquí.

La eficacia de esa presencia depende de nuestra unión consciente con Jesús y con la visión de su Evangelio vivido en nuestra vida cotidiana. Deje que Jesús vuelva a nacer de verdad en cada uno de nosotros en esta Navidad.

La edición y el subrayado son nuestros

Descubramos, que Jesús es es el ¨Salvador¨ que viene a devolvernos la amistad con Dios y es el ¨Emmanuel¨, aquel que nos trae la presencia de Dios todos los días de nuestra vida. En esta Navidad, cumplamos su gran deseo: ser parte y centro de nuestra vida. 

Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.

Gracias

14 de diciembre de 2013

"Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!"

Del Santo evangelio según San Mateo 11,2-11
Tercer domingo de Adviento
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Jesús les respondió: "Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!"Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: "¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él." (Aciprensa.com)

Comentario: 

Hoy solía ser llamado "Domingo Gaudete" de la primera palabra del canto de entrada en América. Gaudete significa "Alégrense!" Anteriormente, como algunos de nosotros todavía podemos recordar, el Adviento era un tiempo penitencial mucho más estricta. Durante los tres días de esta semana hubo ayuno y abstinencia. Esto fue conocido como "Barrio Tense" porque ocurrió cuatro veces en el año. Sin embargo, este domingo fue pensado para ser un descanso que nos recuerda las celebraciones antes de venir. Como símbolo de esto, el violeta penitencial de los ornamentos puede ablandarse a una especie de rosa, o color de rosa. (Hay un Domingo similar en el medio de la Cuaresma.)

Por un lado, un estado de ánimo de penitencia es una forma adecuada para prepararnos para recibir a la venida del Señor. Y, aunque no tengamos el ayuno, muchas parroquias organizan celebraciones penitenciales con el Sacramento de la Reconciliación durante los días previos a la Navidad. Al mismo tiempo, es difícil no sentir un poco de emoción cuando nos aproximamos a la celebración de la venida de Jesús entre nosotros.

Llenos de alegría
Así, el texto Misa y lecturas de hoy están llenos de alegría, sobre todo el canto de entrada, la Oración de Apertura y la primera lectura de Isaías.

"Regocijaos en el Señor siempre. Una vez más, les digo: ¡Regocijaos! "Es el grito de la Antífona de entrada. ¿Por qué? Porque "el Señor está cerca".

La oración colecta pide que nosotros, "que esperamos el nacimiento de Cristo, experimentar el gozo de la salvación y celebrar esta fiesta de amor y de acción de gracias."

En la primera lectura, el profeta va por la borda con emoción y entusiasmo:

Deje que las tierras silvestres y secas se regocijan,

regocíjese la tierra baldía y flor ...

deje que se regocijan y cantan de alegría.

Y la razón de todo esto?

Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.

Y es sólo una cuestión de ser capaz de verlo? No, porque

¡Mira! vuestro Dios viene ... Él viene a salvarte!

Salvación significa traer la curación, la integridad y la santidad como nos convertimos estrechamente unida a él. Esta curación, integridad y santidad se representa gráficamente:

Los ojos de los ciegos serán abiertos, los oídos de los sordos sin sellar,

Entonces el cojo saltará como un ciervo

y las lenguas de los mudos gritos de júbilo.

Estas palabras, como veremos más adelante, se aplicarán de manera explícita a Jesús, quien trajo esta sanación y la integridad en la vida de tantas personas.

Sin embargo, no hay que limitar esta curación sólo a lo físico. También incluirá la curación en los niveles emocional, social y espiritual. No estamos hechos entera hasta la armonía y el bienestar fluyen a través de todo nuestro ser.

El que ha de venir
Todo esto está estrechamente vinculado con el Evangelio de hoy. Nos encontramos, en el Evangelio de Mateo, en el punto medio del ministerio de Jesús. Juan el Bautista ya había sido arrestado. Él había acusado el rey Herodes de hacer algo inmoral, es decir, casarse la mujer de su hermano, mientras que su hermano aún vivía.

Mientras estaba en prisión, Juan oye hablar de Jesús y envía algunos de sus discípulos con una pregunta: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" Si Juan realmente quería saber o si era realmente para el beneficio de sus discípulos no es clara. Después de todo, Juan ya había proclamado Jesús en el Río Jordán y dijo que no era digno de desatar la correa de las sandalias de Jesús. "El que ha de venir" es, por supuesto, el tan esperado Mesías.

¿Cómo responde Jesús? Como sucede a menudo, no responde directamente a la pregunta, pero cita al profeta Isaías con el pasaje que es nuestra primera lectura de hoy. "Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan y los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y la Buena Noticia / Evangelio es predicado a los pobres . "

Esto describe exactamente lo que Jesús ha hecho. También se ajusta exactamente a lo que dijo Isaías sobre el tiempo del Mesías. Jesús, en efecto, está diciendo "Sí, yo soy el que está por venir. Yo soy el Mesías, el Cristo, el Salvador Rey de Israel ".

A la espera
Mientras que el Evangelio habla del Mesías que ya está aquí y en este mismo momento, en cierto sentido, tambien nos habla de la espera y anticipación de  Jesús: Por supuesto, ya está presente y trabajando a través de su Cuerpo, la comunidad cristiana, la Iglesia. Pero todavía tiene que venir más plenamente en nuestras propias vidas. Como la Oración inicial sugiere, necesitamos "experimentar el gozo de la salvación" - que el poder de la sanación y la plenitud que Jesús puede traer a nuestras vidas. Esto es algo que cada uno de nosotros tiene que hacer y lo que nosotros como comunidad también tenemos que hacer. Siento que todavía hay muchos, incluyendo a los cristianos, que aún no han experimentado la profunda alegría de convertirse en un todo con Cristo.

Para la mayoría de nosotros, la transformación para convertirse en "otro Cristo" lleva tiempo. Necesitamos el consejo de Santiago en la segunda lectura: "Ten paciencia." Como él dice, "¿Cómo pacientemente [el productor] espera el precioso fruto de la tierra hasta que haya tenido las lluvias de otoño y las lluvias de primavera!"

Uno de los mayores
Juan el Bautista es presentado por Jesús como una de las más grandes personas que han nacido. Sin embargo, se perdió el privilegio de ¨haber nacido¨ en la época de Cristo, un privilegio que se ha puesto a nuestra disposición. Debemos emular a Juan,  en el prepararnos para que Jesús sea realmente parte de nuestras vidas.

Juan era fuerte. Él era un hombre de integridad. No era uno de los ricos y famosos. No era la estrella del pop - con todo el ruido y nada de sustancia. Él nunca habría sido un icono de glamour para alguna revista. Sin embargo, muchas personas salieron a escucharle, a ser cuestionada por él, para que sus vidas cambiaron radicalmente por sus palabras.

En realidad, nuestra vocación cristiana es similar a la de Juan. Estamos llamados a preparar el camino para la venida de Jesús en nuestros corazones, sino también para preparar los corazones de la gente, para que ellos también pueden "experimentar el gozo de la salvación", que la sanidad, la integridad y la santidad que todos anhelamos y que es lo  único que da verdadero sentido a nuestra vida. La Navidad es una época de regalos - de dar y recibir. Vamos a asegurarnos de que entre los regalos que ofrezcamos a los demás tambén este la alegría cristiana, que nosotros mismos hemos recibido.




La edición y el subrayado son nuestros

Descubramos, que a alegría de la Navidad es "experimentar el gozo de la salvación" - es el poder de la sanación y la plenitud que Jesús puede traer a nuestras vidas. 

Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.

Gracias

12 de diciembre de 2013

Francisco, nos dice que la aparición de la Madre de Dios en la tilma del indio San Juan Diego es "el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas".

VATICANO, 11 Dic. 13 / 11:29 am;(ACI/EWTN Noticias).- En la audiencia de esta mañana, el Papa Francisco leyó un especial mensaje en español para toda América, en ocasión de la celebración de la fiesta de la Virgen de Guadalupe este jueves 12 de diciembre, y dijo que la aparición de la Madre de Dios en la tilma del indio San Juan Diego es "el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas".




A continuación, el mensaje completo del Santo Padre:

Mañana es la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de toda América. Con esta ocasión, deseo saludar a los hermanos y hermanas de ese Continente, y lo hago pensando en la Virgen de Tepeyac.

Cuando se apareció a San Juan Diego, su rostro era el de una mujer mestiza y sus vestidos estaban llenos de símbolos de la cultura indígena. Siguiendo el ejemplo de Jesús, María se hace cercana a sus hijos, acompaña como madre solícita su camino, comparte las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias del Pueblo de Dios, del que están llamados a forman parte todos los pueblos de la tierra.

La aparición de la imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego fue un signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los que llegarían después.

Este abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América: ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno materno hasta la vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así como a los pueblos y a los pobres y marginados de todas las épocas. América es una tierra generosa.

Éste es el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe, y éste es también mi mensaje, el mensaje de la Iglesia. Animo a todos los habitantes del Continente americano a tener los brazos abiertos como la Virgen María, con amor y con ternura.

Pido por todos ustedes, queridos hermanos y hermanas de toda América, y también ustedes recen por mí. Que la alegría del Evangelio esté siempre en sus corazones. El Señor los bendiga y la Virgen los acompañe.

8 de diciembre de 2013

¨Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.¨


Del Santo Evangelio Según San Mateo 3,1-12
Segundo Domingo de Adviento

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: "Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: "¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: "Abrahán es nuestro padre", pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga."(Aciprensa.com)

Comentario:

Un verdadero profeta

Juan el Bautista, es una gran figura por derecho propio y un verdadero profeta que tenía un mensaje de Dios. Sabemos que tenía un gran número de seguidores, de discípulos y mucha gente que salía al desierto para oírle hablar. Él seguía un ritual en agua por lo que la gente expresaba pesar por sus vidas pecaminosas y volvian de nuevo a Dios. Ese ritual se llama el bautismo.

En cierto modo el papel de Juan no fue diferente al de Jesús, sin embargo, en otros aspectos, fue muy diferente.

Como Jesús, Juan predicó un mensaje de arrepentimiento. "El arrepentimiento" aquí, como en todo el Nuevo Testamento, se traduce con la palabra griega metanoia (metanoia). Esto es mucho más que sólo lamentarse por el pasado. Se trata de un cambio profundo y radical en el pensamiento y el comportamiento de uno. "Conversión radical" sería una mejor traducción de "arrepentimiento", puesto que de alguna manera remonta a nuestro pasado, pero sin el pecado.

Como Jesús, también, Juan será rechazado, perseguido, 'entregado' y finalmente ejecutado por su valiente defensa de la verdad y la justicia.

Pero también hay diferencias claras entre Juan y Jesús. Esto no fue menos en sus formas de vida. Juan vivió una vida ascética muy  severa como ermitaño en el desierto. La gente venía a él, y él no iba  a ellos. Jesús, en cambio, es visto como un ¨socializador¨, que vive principalmente en ciudades y pueblos. Él se mezclaba con todo tipo de personas : ricos y pobres, religiosos y seculares, buenos y malos. Tampoco dudó en disfrutar la hospitalidad de sus casas. Sin embargo, a pesar de todo, Jesús goza de un alto nivel de libertad personal en casa y con todos, pero sin ser manipulado por nadie. En total contacto con el mundo, pero sin la contaminación o influencia de sus debilidades.

No es igual

Juan insiste en que Jesús le supera por completo. Él no es digno de desatar las sandalias de Jesús. Él simplemente está preparando el camino para el Mesías, el Cristo, el Salvador Rey. Jesús, por el contrario, es el Camino.

El bautismo de Juan era una expresión individual de un deseo de volver del pecado hacia Dios, un regreso a un fiel seguimiento de la ley. El bautismo de Jesús, por otro lado, viene con el "Espíritu Santo y fuego". Se inaugura una relación especial con Jesús, a través del cual el bautizado se incorpora en el mismo Cuerpo de Cristo, se convierte, por así decirlo, una extensión del mismo Cristo. Implica no sólo la reforma personal, sino involucrarse en la reconstrucción de todo el mundo, con lo que todo el mundo en el Reino de Dios.

Dos tipos de personas

Hay dos tipos de gente que iba a ver a Juan. Había gente común, los penitentes verdaderos, en busca de la reconciliación con Dios. También había fariseos y de los saduceos. Sin embargo, estos salieron, sin expresar dolor por el pecado, sino para probar la ortodoxia de Juan y su observancia de la ley.

Juan tiene poco tiempo para ellos. Él los ve con la igual y urgente necesidad de arrepentimiento y conversión, como cualquier otra persona. No deben pensar que, simplemente porque son descendientes de Abraham, su salvación está asegurada. No es de nacimiento, raza, religión, educación, condición social o de influencia financiera que nos hace amigos de Dios, sino la conciencia de nuestra total dependencia de él para todo lo que necesitemos. La salvación sólo viene a aquellos que se entregan totalmente en manos de Dios y hacen  su voluntad como propia. Nadie se salva simplemente por haber nacido Judio Respetuosos de la ley, como los fariseos parecían pensar, más que ser bautizados en la Iglesia Cristiana solo trae la salvación. Se espera mucho más. Jesús más tarde dirá que los que presumen que son el pueblo de Dios, pero sin las acciones para demostrarlo tendrán que ceder el paso a los recaudadores de impuestos y prostitutas, que, por ser convertidos, entrarán en el Reino en primer lugar.

Mateo no sólo está arremetiendo contra algunos líderes judíos. Las palabras de Juan hoy se dirigen principalmente a nosotros mismos, al fariseo y saduceos en cada uno de nosotros. Nuestro enemigo más peligroso es la complacencia: "Soy lo suficientemente buen católico. No soy perfecto, por supuesto, yo no soy un fanático religioso pero sigo los fundamentos de mi religión. Estoy bien. "Cuando nuestra relación con Dios se refiere, para permanecer en el mismo lugar es ir hacia atrás.

Más de la historia

Si tenemos una actitud casual a las exigencias de nuestra fe, podemos mirar en el Adviento y la Navidad como simples recuerdos de acontecimientos históricos pasados. Pero Adviento significa "venida" y, si esta temporada es para que tenga sentido, tiene que haber una verdadera venida de Jesús en nuestras vidas como individuos y como comunidad. Es un momento para recordarnos a nosotros mismos nuestra necesidad constante de metanoia .

Si Juan el Bautista viniera hoy entre nosotros, ¿qué nos diría? ¿Qué nos advertiría? A medida que nos acercamos al final de otro año calendario (y el comienzo del año de la Iglesia), donde necesitamos la conversión y el cambio en nuestra vida ¿Cómo podemos nosotros y nuestras familias dar un mejor testimonio del mensaje cristiano? ¿Qué cambios son requeridos para que nuestra parroquia de testimonio colectivo del Evangelio? La celebración del Adviento exige una seria consideración de estas preguntas.

Somos probablemente buenos en los preparativos para la celebración de la Navidad. ¿Pero que preparativos tengo que hacer para el año que se avecina? ¿Será Jesús realmente parte de mi vida? ¿Él realmente esta entrando en mi vida de una manera especial en este momento? ¿Son sus preocupaciones mis preocupaciones? Es decir, deseo estar al servicio de los demás, que yo trabaje con otros para construir una mejor sociedad, fundada en el amor y la justicia y un reparto equitativo de los recursos.

"La paz (y la justicia) en la tierra a los que son amigos de Dios" tiene que convertirse no sólo el canto de los ángeles, sino en un programa para mí y mi comunidad.

La edición y el subrayado son nuestros

Descubramos, que el  arrepentimiento que quiere Jesús de nosotros antes de Navidad, es mucho más que el sólo lamentarse por el pasado. Se trata de un cambio profundo y radical en el pensamiento y el comportamiento de uno mismo. Debemos volver a ser verdaderos amigos de Dios. 

Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte.

Gracias


1 de diciembre de 2013

¨Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor¨

Del Santo Evangelio según San Mateo 24, 37-44
Primer Domingo de Adviento 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. (Aciprensa.com)

Comentario:
Mateo 24, 37-39: Jesús compara la venida del Hijo del Hombre a los días del Diluvio
“Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. Aquí, para aclarar su llamada a la vigilancia, Jesús recurre a dos episodios del Antiguo Testamento: Noé y el Hijo del Hombre. Los “días de Noé” se refieren a la descripción del Diluvio (Gén 6,5 a 8,14). La imagen del “Hijo del Hombre” viene de una visión del profeta Daniel (Dan 7,13). En los días de Noé, la mayoría de las personas vivían sin preocupaciones, sin darse cuenta que en los acontecimientos se acercaba la hora de Dios. La vida continuaba “ y no se dieron cuenta, hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos”.

Y Jesús concluye: “Así será también la venida el Hijo del hombre”. En la visión de Daniel, el Hijo del Hombre vendrá de improviso sobre las nubes del cielo y su venida decretará el fin de los imperios opresores, que no tendrán futuro.

Mateo 24,40-41: Jesús aplica la comparación a los que escuchaban“Entonces estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado”. 
Estas frases no deben ser tomadas literalmente. Es una forma para indicar el destino que las personas recibirán según la justicia de las obras por ellos practicadas. Algunos serán tomados, o sea, recibirán la salvación y otros no la recibirán. Así sucedió en el diluvio: “solo tú has sido justo en esta generación (Gen 7,1). Y se salvaron Noé y su familia.

Mateo 24,42: Jesús aporta la conclusión: ¡Vigilad!

Es Dios el que determina la hora de la venida del Hijo. Pero el tiempo de Dios no se mide con nuestro reloj o calendario. Para Dios, un día puede ser igual a mil años y mil años iguales a un día (Si 90,4; 2 Pe 3,8). El tiempo de Dios (kairós) es independiente de nuestro tiempo (cronos). Nosotros no podemos interferir el tiempo de Dios, pero debemos estar preparados para el momento en el que la hora de Dios se hace presente en nuestro tiempo. Puede ser hoy, puede ser de aquí a mil años.

Mateo 24, 43-44: Comparación: El Hijo del Hombre vendrá cuando menos se espera
Dios viene cuando menos se espera. Puede suceder que Él venga y la gente no se dé cuenta de la hora de su llegada. Jesús pide dos cosas: la vigilancia siempre atenta y al mismo tiempo, la dedicación tranquila de quien está en paz. Esta actitud es señal de mucha madurez, en la que se mezclan la preocupación vigilante y la tranquila serenidad. Madurez que consigue combinar la seriedad del momento con el conocimiento de la relatividad de todo.


La edición y el subrayado son nuestros
Tomado del Sitio Oficial de los Carmelitas


Descubramos que Jésus vino en el pasado humildemente como un mortal más. Jesús vendrá en el futuro, cuando venga al final de los tiempos. Jesús viene en el presente, a través de la oración y los sacramentos, así como en cada persona y acontecimiento, para habitar en cada creyente que lo recibe en su corazón. 

Que la misericordia y la confianza en el Señor no les falte. 

Gracias