Este es un espacio de catequesis en el que encontrarás enseñanzas, noticias, mensajes, y reflexiones que te permitirán conocer la verdadera doctrina y te serán útiles en tu camino de fe.


¡¡¡Gracias por tu visita!!!

10 de agosto de 2012

¨El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga¨

Del Santo Evangelio según San Mateo 16, 24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recuperarla? 

Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad".
(Aciprensa.com)

Comentario:
Los cinco versículos del evangelio de hoy son la continuidad de las palabras de Jesús a Pedro que meditamos ayer. Jesús no esconde ni ablanda las exigencias del discipulado. No permite que Pedro tome la delantera y le pone en su sitio: “¡Quítate de mi vista!” El evangelio de hoy detalla estas exigencias para todos nosotros.

Mateo 16,24: Tome su cruz y me siga.  En aquel tiempo, la cruz era la pena de muerte que el imperio romano imponía a los marginados y a los bandidos. Tomar la cruz y cargarla detrás de Jesús era lo mismo que aceptar el ser marginado por el sistema que legitimaba la injusticia.

La Cruz no es fatalismo, ni exigencia del Padre. La Cruz es consecuencia del compromiso libremente asumido por Jesús: revelar la Buena Nueva de que Dios es Padre y que, por tanto, todos y todas deben ser aceptados y tratados como hermanos y hermanas. A causa de esto, Jesús fue perseguido y no tuvo miedo de dar su vida. No hay prueba de amor más grande que dar la vida por los hermanos (Jn 15,13). El testimonio de Pablo en la carta a los Gálatas muestra el alcance de todo esto: “Por mí, no quiero sentirme orgulloso de nada, sino de la cruz de Cristo Jesús, nuestro Señor. Por él el mundo ha sido crucificado para mí, y yo, para el mundo. (…)Que nadie pues me venga a molestar. Yo, por mi parte, llevo en mi cuerpo las señas de Jesús” . (Gal 6,14,17)

Mateo 16,25-26: Quien pierde la vida por causa mía la encontrará. Estos dos versículos explicitan valores humanos universales:  salvar la vida, perder la vida, encontrar la vida. La experiencia de muchos enseña lo siguiente: Quien corre tras los bienes y la riqueza no queda nunca saciado. Quien se entrega a los demás olvidándose de sí, siente una gran felicidad. Es la experiencia de las madres que se entregan, y de mucha gente que no piensa en sí, sino en los demás. Muchos hacen y viven así casi por instinto, como algo que viene del fondo del alma. Otros hacen así, porque tuvieron una experiencia dolorosa de frustración que los llevó a mudar de actitud.

Jesús tiene razón en decir: Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará”. Importante es el motivo: “por mí”, o como dice en otro lugar: “por causa del Evangelio” (Mc 8,35). Y termina: “Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?” Esta última frase evoca el salmo que dice que nadie es capaz de pagar el precio de rescate de la vida: “comprada su vida nadie tiene, ni a Dios puede, con plata sobornarlo, pues es muy caro el precio de la vida. ¿Vivir piensa por siempre, o cree que no iré a la fosa un día?”. (Sal 49,8-10).

Mateo 16,27-28: El Hijo del Hombre, dará a cada uno según su conducta. Estos dos versículos se refieren a la esperanza del pueblo con relación a la venida del Hijo del Hombre al final de los tiempos como juez de la humanidad, como presentado en la visión del profeta Daniel (Dn 7,13-14).

El primer versículo dice: “El Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta” (Mt 16,27). En esta frase se habla de la justicia del Juez. Cada uno recibirá según su propia conducta. El segundo versículo dice: “Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino”. (Mt 16,28). Esta frase es un aviso para ayudar a percibir la venida de Jesús como Juez en los hechos de la vida. Algunos pensaban que Jesús vendría luego (1Ts 4,15-18). Jesús, de hecho, ya estaba presente en las personas, sobre todo en los pobres. Pero ellos no lo percibieron. Jesús mismo había dicho: “Cuando lo hicieron con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos, lo hicieron conmigo!” (Mt 25,34-45).
 
  La edición y el subrayado son nuestros  

Tomado del Sitio oficial de los carmelitas  


San Pío de Petrelcina le decía una mujer que le escribe: ¨A lo largo de tu vida Cristo no te pide que lleves con él toda su pesada cruz, sino tan sólo una pequeña parte aceptando tus sufrimientos. No tienes nada que temer. Por el contrario, tente por muy dichosa de haber sido juzgada digna de tener parte en los sufrimientos del Hombre-Dios. Por parte del Señor, no se trata de un abandono ni de un castigo; por el contrario, es un testimonio de su amor, de un gran amor para contigo. Debes dar gracias al Señor y resignarte a beber el cáliz de Getsemaní. A veces el Señor te hace sentir el peso de la cruz, este peso te parece insoportable y, sin embargo, lo llevas porque el Señor, rico en amor y misericordia, te tiende la mano y te da la fuerza necesaria. El Señor, ante la falta de compasión de los hombres, tiene necesidad de personas que sufran con él. Es por esta razón por la que te lleva por los caminos dolorosos de los que me hablas en tu carta. Así pues, que el Señor sea siempre bendito, porque su amor trae suavidad en medio de la amargura; él cambia los sufrimientos pasajeros de esta vida en méritos para la eternidad.(corazones.org)

 En este día, descubramos nuestra propia cruz, la que esta hecha por  nuestras debilidades, heridas, amarguras, miedos, por todo aquello que no no nos deja vivir y que hace que muramos cada día. Acojamos y aceptemos esa cruz  pesada y deforme, para que confiando en Cristo, Él la cargue con nosotros. 

Que la misericordia y la confianza en el Señor, no les falte. 
Gracias


No hay comentarios: