Este es un espacio de catequesis en el que encontrarás enseñanzas, noticias, mensajes, y reflexiones que te permitirán conocer la verdadera doctrina y te serán útiles en tu camino de fe.


¡¡¡Gracias por tu visita!!!

21 de julio de 2012

Jésus es el Mesías prometido


Buen día en el Señor, en el evangelio de ayer (Mateo 12, 1-8) Jesús trataba de hacer prevalecer la misericordia sobre la observancia ciega de las normas y las leyes de los fariseos. En el evangelio de hoy (Mateo 12,14-21) consta de dos partes entrelazadas: (1) Describe las diferentes reacciones de los fariseos ante la predicación de Jesús; (2) describe cómo Mateo ve en esta reacción diferente la realización de la profecía del Siervo de Yahvé, anunciado por Isaías.

La reacción de los fariseos: Deciden matar a Jesús. Jesús desafía la malicia de los fariseos curando al hombre que tenía la mano atrofiada (Mt 12,9-14). El evangelista nos dice: “Salieron y se confabularon contra Jesús, para matarle”. Llegó así la ruptura entre Jesús y las autoridades religiosas. En Marcos, este episodio es mucho más explícito y provocador (Mc 3,1-6). Dice que la decisión de matar a Jesús no era sólo de los fariseos, sino que también de los herodianos (Mc 3,6).

La reacción de la gente: siguen a Jesús. Cuando supo de la decisión de los fariseos, Jesús se fue de ese lugar. La gente le sigue aún sabiendo que las autoridades religiosas deciden matarle, la gente no quiere alejarse de Él. Le siguieron muchos y curó a todos. Y les mandó enérgicamente que no le descubrieran. Contraste grande. Por un lado, el conflicto de vida y muerte entre Jesús y las autoridades religiosas. Por otro lado, el movimiento de la gente deseosa de encontrarse con Jesús. Eran sobre todo los excluidos y los marginados que venían donde él con sus males y sus enfermedades. Los que no eran acogidos en la convivencia social de la sociedad y de la religión, eran acogidos por Jesús.

La preocupación de Mateo: Jesús es nuestro Mesías, el que realiza la profecía del Siervo Doliente, esto lo señala Mateo citando a Isaias. Por un lado, el Siervo era perseguido por las autoridades hasta el punto de ser escupido en el rostro, pero no volvía el rostro atrás, sin avergonzarse, y puso su rostro como un pedernal (Is 50,5-7). Por otro lado, el Siervo era buscado y esperado por la gente. Las multitudes de las islas distantes esperaban su enseñanza (Is 42,4). Era exactamente esto lo que estaba aconteciendo con Jesús. 

En el día de hoy, aceptemos a Jesús como nuestro Mesías, como aquel que entregó su vida, su carne y su sangre  por nosotros, para cargar con nuestras culpas y pecados.

Que la Misericordia y la confianza en el Señor, no les falte.

Gracias.
 

No hay comentarios: